Hay que agradecer a David Freyne, que en su opera prima, que he tenido ocasión de ver recientemente en el Festival de Sitges, nos presente un trabajo sobre el cine zombi totalmente alejado de lo que hemos visto hasta ahora.
Con un guion del propio Freyne, y en un género tan manido a estas alturas, el que alguien se atreva a hacer una película de zombis, con trasfondo crítico (muy crítico), al apartheid, farmacéuticas, gobiernos, militares y en resumen a una sociedad, en que deberíamos revisar nuestro tratamiento a aquellos que son “diferentes” a nosotros. El tema refugiados me venía una y otra vez a mi cabeza mientras veía la película…
Para mí es una apuesta valiente, la pena es que en determinados momentos es algo lenta, y que el drama, el terror y la acción se solapan a veces de manera atropellada, pero no deja de ser una bocanada de aire fresco en el cine de este género.
Sobresaliente Ellen Page (Origen, 2010), en el papel principal, actriz que para mí es una de las mejores de su generación sin lugar a dudas aunque a veces se pierda en extrañas producciones. Tom Vaughn-Lawlor (Infiltrado, 2016), Sam Keeley (Monsters: The dark continent, 2014), y Stuart Graham (Hunger, 2008), completan un interesante reparto.
Tal vez recuerde a otras cosas que hemos visto recientemente en alguna serie alejadas del genero … The Returned (2015), Los 4400 (2004), y puede que se me escape alguna… pero en este género creo que es pionera, repito creo, porque no abarco la ingente cantidad de producciones de todo tipo que cada año salen (o no), al mercado.
Yo la recomiendo si quieren ver algo distinto y original. Además la protagonista es la señorita Page… y eso siempre es un plus…