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España España · Donostia
Voto de Jmpg2012:
6
Acción. Thriller Domino Harvey (Knightley), una joven modelo hastiada de la vida de la alta sociedad, decide abandonar su carrera y se une al equipo de cazarrecompensas de Ed (Rourke) y Choco (Ramirez), con la esperanza de que las emociones fuertes le den un sentido a su vida. Contra todo pronóstico, demuestra tener un talento innato para salir de situaciones arriesgadas. Cuando el grupo recibe el encargo de recuperar diez millones de dólares robados, ... [+]
8 de diciembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo más interesante de la película es la historia real de Domino Harvey, las curiosidades relacionadas con la vida de esta niña bien que quiso ser mala y que fue amiga personal de Tony Scott durante diez años. En la entrada en la wikipedia podéis ver a la domino real de hace diez años. Murió hace unos años sin poder ver el estreno de la película. Al final de la película se ve un plano de una mujer, rubia de pelo corto, que sonríe a la cámara, mientras detrás un objeto pesado cae sobre un coche dando paso a una inserto blanco sobre fondo negro: “in loving memory”. Es ella poco antes de morir de sobredosis.



Domino Harvey es hija de Lawrence Harvey, el actor que interpretaba a Raymond Saw en la versión original de El mensajero del miedo (1962). 

Raymond Saw es ese falso héroe, que acaba suicidándose, al darse cuenta que el control mental le ha convertido en un fantoche del poder falseando su memoria. En “Domino” se ven extractos de esta película en la pantalla de una de las casas asaltadas por la banda de caza recompensas. 

La parte más pretenciosa de la película es ese intento, hacia la mitad, de denunciar el espectáculo mediático. Algunos actores de “Sensación de vivir”, la serie azucarada sobre la juventud de Beberly Hills, aceptan autoparodiarse, igual que Jerry Springer, el rey de la televisión amarilla estadounidense. Si quieres ver que tipo de periodismo hace, puedes mirar un rato su televisión online. La película retrata, parodiando, los realities policíacos, el gusto por la violencia televisada o la fatuidad del mundo del espectáculo. Es lo más cerca que está la película de denunciar el gran guiñol del espectáculo. Pero el intento no cuaja, aunque haya un puñado de esos actores intensos, malditos, al filo, como Mickey Rourke, Christopher Walken, o el cantante Tom Waits. Parece una película que quiere ser maldita y turbia sin conseguirlo, situarse de lado de la américa más salvaje, de los pobres, de los árabes, de las madres solteras, de los perseguidos, pero acaba fagocitada por su resultado, un thriller al uso empujado por la más enorme maquinaria publicitaria americana, que acepta con agrado directores de películas políticamente incorrectas, mientras sean tan rentables como las de los hermanos Scott.
Jmpg2012
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