Última película de esta trilogía de baile en la que el argumento se repite una y otra vez mientras que los bailes no dejan de reinventarse y sorprender al espectador. Un gozo para cualquier aficionado al baile, como yo mismo, pero también un tanto vergonzoso para el amante del buen cine, el cual yo también me considero. Ahora bien, es un placer ver tanta calidad de los bailarines y sus coreografías en la más alta definición. Especialmente para los residentes en España, que no tenemos la oportunidad de ver en vivo y directo bailes de tal magnitud. Quien vaya al cine a ver esta película ya sabe a lo que va tras las dos primeras películas de Step up. Insisto, la película no pretende emocionar al espectador a través de la palabra y la interpretación, sino a través del baile que es igualmente lícito. Yo personalmente disfruté como un enano y recomiendo a todo aquel amante del baile que coja rápidamente unas entradas en su cine favorito y disfrute del espectáculo visual con el que nos deleitan un grupo fabuloso de bailarines y pésimos actores.