Cine negro sofisticado con un ligerísimo toque de comedia bellamente fotografiado por el maestro James Wong Howe producido por la Metro. Cine negro con los ingredientes habituales de esta modalidad: guerra de sexos, una buena química por parte de la pareja protagonista- cumplido en este caso con creces- y unas cuantas situaciones de enredo bien combinadas en 80 minutos en el que todos los personajes van en busca de unas perlas de enorme valor.

La película en sí no aporta nada a la filmografía del gran artesano Sam Wood –más desahogado en el terreno del melodrama algo folletinesco, su gran especialidad- sino los honrados valores de una propuesta, sencilla y agradable, correctamente dirigida, que reúne todas las convenciones en este modelo de películas con equívoco final incluido y sazonada por la atractiva pareja protagonista, una bellísima Mirna Loy y un irónico Spencer Tracy. De hecho, disfrutar de esta pareja constituye la razón de peso que sostiene esta película y nuestro deseo de verla.