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Voto de Archilupo:
9
Drama Dinamarca, 1623. En plena caza de brujas, Absalom, un viejo sacerdote, promete a una mujer condenada a muerte que salvará a su hija Anne de la hoguera si la joven accede a casarse con él. Según la ley, las descendientes de las brujas también deben arder en una pira. Meret, la anciana madre de Absalom, desaprueba desde el principio el matrimonio. Cuando Martin, el hijo de Absalom, regresa a casa para conocer a su madrastra, se enamorará ... [+]
18 de febrero de 2008
109 de 118 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asombra pensar que lo filmado hace 65 años posea una vida tan intensa.
Los parpadeos de los personajes, su salida a la luz desde la sombra de una puerta, el fruncimiento de un ceño, la mera respiración, viven en la pantalla con elocuencia apabullante.
Usando las palabras y los movimientos justos, se trata un asunto escurridizo: si son reales o no los poderes maléficos, si la malevolencia es una fuerza real, si se puede matar con la voluntad y el pensamiento... Desde que Anne, la joven esposa del reverendo, cree que puede haber heredado de su madre ese poder, su aspecto físico se transforma, en portentoso trabajo de la actriz, Lisbeth Movin.
Libre de maniqueísmos, la película abarca matices finos: el pastor protestante no es un santo, tampoco un torturador sin escrúpulos; la joven esposa no es exactamente una asesina, aunque tampoco una cándida víctima, embriagada por una pasión arrebatadora...
Hay momentos de crueldad angustiosa (el suplicio de la anciana acusada de brujería) pero no se ve un solo golpe, un movimiento brusco, una gota de sangre... Hasta lo terrible es presentado de forma sutil.
La realidad es atrapada por la cámara sin recurrir a clichés esquematizadores: de ahí la desbordante carga vital de cada plano.
Archilupo
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