Un mundo lleno de peligros, un hombre solitario y unos inocentes a los cuales defender. Así eran las causas que defendía David Hasselhoff en El coche fantástico a principios de los años ochenta. Ahora en los noventa, un desconocido Kevin Sorbo tomaba la premisa de esta y otras series como El Equipo A o MacGyver, y la trasladaba a la antigua Grecia, en una aventura plagada de monstruos y personajes a cual más pintoresco, que fue un éxito en todo el mundo.
Seguí las aventuras de este personaje durante algún tiempo. Y he de decir que me enganché a ellas. Nunca la consideré una gran serie, aunque tenía su encanto. Cumplía con creces su faceta de entretener sin crear grandes expectativas, ofreciendo fantasía, acción, algo de romance, (con actrices vestidas sugerentemente, aunque quizá muy "fashion" para aquellos tiempos), y nada de violencia gratuita. Y además, en algunos episodios salía el simpático Bruce Campbell alegrando la función. Lo dicho, que no era gran cosa, pero entretenía.