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España España · Córdoba
Voto de pezpozo:
5
Thriller. Terror Nueve años después de que una infección convirtiese a gran parte de la humanidad en criaturas salvajes y sin intelecto, Patrick, Jack y Lu, una niña de nueve años, sobreviven tranquilamente en Harmony, un lugar cubierto por nieves perennes. Sin embargo, algo terrible ocurrió entre Patrick y Jack, y un odio profundo pervive entre ellos. Cuando las criaturas vuelven a aparecer, ambos deberán dejar atrás el rencor para intentar proteger lo ... [+]
15 de agosto de 2015
15 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Extinction» es una película del montón, pero merece un puntuación de 5 entre diez, es decir, pasable. Está realizada con una buena fotografía, efectos y zombismo.

Pero lo más interesante del filme es la metáfora que podemos sacar de él: el precio que va a pagar la humanidad, que ya está pagando por comer carne animal y los productos derivados de ahí como la leche animal, por la tortura que ello supone, por la degradación ambiental, humano cerebral y planetaria. Por algo, el Servicio de Investigaciones agrícolas de EE.UU. define los desagües y sistemas de drenaje de los miles de mataderos y granjas de cría del país como la mayor fuente de contaminación de los ríos y cursos de agua. El ser humano, comedor de carne está degenerando este mundo a pasos agigantados y degenerándose en primer lugar así mismo. Ya es sabido que incluso un consumidor de carne moderado somete a sus riñones a un trabajo tres veces más intenso que el que soportan los riñones de un vegetariano. Una persona joven puede resistir esa sobrecarga, pero el paso del tiempo aumenta en forma notable el riesgo de trastornos y enfermedades de orden renal; pero no sólo aumenta eso, también aumenta su agresividad, su deterioro neuronal, su estupidez (de aquí que cada vez haya más y más masas adictas a los productos lácteos, cárnicos, que a su vez derivan hacia el alcoholismo, hacia el fiestismo diario que ya acontece por doquier, agresivo y ruidoso y en definitiva al zombismo o estado fisiológico en que la gente se comporta como meros zombies).

Muy a menudo, la palabra «vegetarianismo» causa la inmediata y previsible pregunta: «¿Y las proteínas?». Ante esta pregunta el vegetariano podría contestar fácilmente diciendo: «¿Y el elefante? ¿Y el toro? ¿Y el rinoceronte? ¿Y el caballo?». La convicción de que la carne tiene el monopolio de las proteínas, y de que para estar sanos y fuertes son necesarias muchas proteínas, no son más que tópicos conque las élites generadora de zombies, se dedican a infectar la pseudoinformación médica, escolar o periodística, para que haya cada vez más zombies y por lo tanto más beneficioso resulte su súper negocio. Y de igual manera en las escuelas no se enseña, porque no conviene a quien las patrocinan, que una hectárea de habas o guisantes produce diez veces más proteínas que una hectárea utilizada como pasto para animales de cría, y que una hectárea de espinacas veintiocho veces más; tampoco se enseña que en cambio una simple tienda de hamburguesas o estantería de productos lácteos en cualquier supermercado produce más estúpidos, ninis, insociales, fiesteros de todos los días y noches y violentos que cinco millones de verdulerías o fruterías. ¿A quién le extraña que cada vez haya más directores zumbados haciendo películas de zombiés o muestras enajenantes por el estilo?

Lástima que Miguel Ángel Vivas no señale este importante asunto en su película (le falta lucidez y prospectiva): que si los consumidores de los países ricos se hicieran vegetarianos, el ahorro anual alcanzaría cifras astronómicas; el que si la raza humana, en su progreso gradual, llegara a abandonar el hábito de alimentarse con carne, el zombismo cesaría o al menos no sería la amenaza que ya está siendo a estas alturas del siglo XXI; y en cuanto al final, Miguel Ángel Vivas, en parecido desquiciamiento o zombismo mental al de Juan Jesús Vivas (presidente de la ciudad autónoma de Ceuta, quien se gasta un dineral en remodelar un paseo en excelente estado como el de la Marina Española y no sólo lo deja peor que antes sino que encima quita los bancos con respaldo que había para los ancianos y les pone unos de piedra y sin respaldo para que en lugar de que descansen se tronchen las espaldas y las posaderas), pudiendo hacer un final donde quede patente de como las industrias cárnicas ven cada vez con mayor recelo el auge del vegetarianismo y lo combaten a muerte, se decanta por un típico acabado mediocre y poco real en estos asuntos del zombismo.
pezpozo
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