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México México · Ciudad de México
Voto de Iván Rincón Espríu:
8
Fantástico. Drama ¿Qué ha empujado a Jeliza-Rose a trasladarse desde Los Angeles a una granja tejana? ¿Por qué su padre, ex guitarrista de rockabilly, ya no le habla? ¿Y quién hace todo ese ruido en el ático? Jeliza-Rose huye de su cruel infancia, dejándose arrastrar por su viva imaginación, para configurar así un mundo ficticio en el que las luciérnagas tienen nombre, los hombres de barro despiertan al atardecer, tiburones monstruosos nadan por las vías ... [+]
24 de diciembre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una rara avis inclasificable, con algo de comedia negra, oscura en todos los sentidos, tétrica, necrófila y deliciosamente depravada, tan extravagante como suelen ser las películas de Terry Gilliam.

Basada en la novela homónima de Mitch Cullin, comienza con una advertencia del guionista y director, que predispone al público. En seguida vemos a la niña Jeliza-Rose (Jodelle Ferland) preparando la heroína que se inyecta su padre, y acondicionando todo a su alrededor para que se vaya de "vacaciones" por un rato. La madre también es drogadicta, pero la pequeña es genial y recurre a su mundo imaginario para refugiarse de una realidad miserable y sórdida, con cuatro cabezas de muñecas por únicas amigas. Monólogos infantiles de lo más ingeniosos, ocurrentes, llenos de fantasía y humor negro, así como una fascinante actuación que parece no tener límites, plena de gracia y encanto, carisma y talento, hacen de ella un personaje entrañable.

Alucinantes escenas de surrealismo onírico podrían tener influencia de Neil Jordan y sus memorables secuencias subacuáticas en 'Dentro de mis sueños' (In dreams), otra película infravalorada. Desde 'Alicia en el país de las maravillas' hasta 'Psicosis', los guiños culminan en el horror… Aquí nadie es normal.

Cuando la niña juega que actúa frente al espejo, se asoma una mano, quizá del camarógrafo o algún asistente, inexplicable y decepcionante error que sabotea esta maravilla.

En la presentación de lo que ahora es una obra de culto, algunos asistentes abandonaron la sala de exhibición y después la película fue acribillada por la crítica más conservadora y estúpida.

En lo personal, Tideland es una de mis favoritas de Gilliam, aunque la más compleja y representativa de sus laberintos mentales sigue siendo Brazil, realizada veinte años antes.
Iván Rincón Espríu
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