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España España · Santiago de Compostela
Voto de Bolseiro:
9
Romance. Drama Elio Perlman (Timothée Chalamet), un joven de 17 años, pasa el cálido y soleado verano de 1983 en la casa de campo de sus padres en el norte de Italia. Se pasa el tiempo holgazaneando, escuchando música, leyendo libros y nadando hasta que un día el nuevo ayudante americano de su padre llega a la gran villa. Oliver (Armie Hammer) es encantador y, como Elio, tiene raíces judías; también es joven, seguro de sí mismo y atractivo. Al ... [+]
7 de febrero de 2018
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La maestría de esta historia universal radica en su punto de vista, en su tapiz colorido, aterciopelada sensación de calidez sentimental que encumbra una forma de intensidad y visceralidad enganchada a la mesura visual sin dejar de despertar esa sensualidad a cada plano y movimiento. Luca Guadagnino teje y ornamenta un film lleno de sensaciones, de sensorialidad, que en cada plano, en casa secuencia o picado cobra vida con su movimiento interior, deja que los personajes se recreen y crezcan en cada mirada, esas que transmite su protagonista Timothée Chalamet (que para los 'annales' pasará esa escena final en la que solo con su primer plano es capaz de derretir el más gélido corazón, que hace pasar delante de nosotros todos eses sentimientos encontrados que luchan en su interior... esa es la vida del personaje).
El guion que Irory tece es una telaraña concéntrica, medida y guiada para poder desplegar en el metraje la idoneidad de los sentimientos a partir de los diálogos, con mesura y sin congoja, con impacto pero con tacto. Cada frase estilizada, tópica o utópica engendra la reacción en el interpelante, pero lo que más llena es que la crea en el espectador. Intuición, lujuria y concupiscencia invaden el tacto de lo visto... A partir de ese derroche de comunicación, el espectador es guiado, para poder llegar a cerrar la idea, los sentimientos y las ansiedades en los momentos de intensidad que explican, interpretan y le dan sentido a lo que intuíamos.
El vestuario es una parte imprescindible de la comunicación del film. El 'locus', que vive y se concentra en esas imágenes de corte cultural y erótico, genera la atmósfera idónea, que junto a la infalible banda sonora recrean para el espectador el germen exacto para que crezca la trama, para que se abra el alma de dos personajes de circunstancias diferentes pero con un mismo corazón.
El grandioso logro del director es dar a ver el reverso de una historia, que destruidos los prejuicios iniciales, ese velo áureo que la sociedad nos coloca, intensifica su valor al centrarse en las barreras personales, internas, únicas e intransferibles de dos almas que se juntan, y que los actores son capaces de llenar con sus actuaciones, empatizar y transmitir en su plena transparencia. Un ejercicio de apertura en canal de personalidades y sentimientos.
Bolseiro
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