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España España · Barcelona
Voto de Quim Casals:
8
Musical. Comedia Historia de tres encantadoras cantantes. Barry (Gene Kelly), Angele (Taina Elg), Joy (Mitzi Gaynor) y Sybil (Kay Kendall) son los miembros de Barry & Les Girls, un popular grupo de cabaret europeo. La publicación de escandalosas revelaciones sobre el grupo llevará a sus miembros a presentar una demanda ante los tribunales que desembocará en un juicio. (FILMAFFINITY)
1 de junio de 2010
26 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gran mayoría de musicales clásicos acostumbran a tener una trama muy floja, simple pretexto o coartada para encajar el plato fuerte y razón de ser del film, los números musicales. De vez en cuando sí se logra el equilibrio perfecto entre la parte "hablada" y la "cantada/bailada" ("Cantando bajo la lluvia" resulta el ejemplo más paradigmático, y es ahí donde creo que reside su grandeza). En "Las Girls" —como curiosamente ocurre también en el melodrama "Ha nacido una estrella", del propio Cukor—, asistimos a un caso atípico, ya que se trata más bien de una estupendísima alta comedia, con un magnífico guión, aderezada con algunos números; incluso varios de ellos, en lugar de nacer de la "irrealidad" que caracteriza al género, forman parte diegética de la trama: se trata de las chicas del título en el ejercicio de su profesión. Forzando un poco las cosas, esta historia podría incluso no haber sido un musical.

Ello no quita que los números estén plenamente integrados en el film —hacen avanzar la acción—, lo que justifica su presencia, y que algunos de ellos resulten antológicos. Especialmente, para mi gusto, la parodia de "Salvaje" con Kelly y Mitzi Gaynor, o el cómico titulado "You’re Just Too, Too", con Kelly y Kay Kendall. Gene Kelly, además, explora como nunca sus posibilidades expresivas y coreográficas, sobrepasando con creces el típico claqué con el que se le asocia, y llegando plenamente al concepto de danza moderna tal como lo entendemos hoy.

Como se sabe, la estructura argumental se asemeja a la de "Rashomon", con los diferentes personajes dando su versión sobre un mismo caso. Pero incluso me atrevería a decir que su reflexión filosófica de fondo sobre la verdad y la mentira supera la del mítico film japonés, ya que Kurosawa se decanta más por dejar en evidencia la intencionalidad patente y maliciosa de algunos personajes en ofrecer una versión de acuerdo con sus intereses, mientras que aquí cada uno está firme e ingenuamente convencido de "su" verdad, lo que en última instancia nos habla de los límites de la subjetividad y la relatividad de la mirada de una manera más diáfana y, a la vez, más abstracta.

Es importante dejar bien claro que la posible pretenciosidad del párrafo anterior corresponde a las elucubraciones que la película puede provocar a posteriori, en su evocación, pero mientras transcurre ante nuestros ojos no contiene asomo alguno de pedantería. Bien al contrario, tal como expresaba al principio, nos sumerge en una deliciosa, burbujeante y sofisticada comedia, donde la sonrisa perpetua está garantizada. George Cukor demuestra su pleno, elegante y exquisito dominio de la puesta en escena, en majestuoso cinemascope, mientras que el elenco aparece en estado de gracia. Particularmente, me gustaría destacar a la malograda Kay Kendall, digna sucesora de Carole Lombard como finísima y genial comediante, que llega al cénit de la comicidad con una desternillante e impagable escena de borrachera.
Quim Casals
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