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España España · Barcelona
Voto de Quim Casals:
7
Comedia Último film mudo de Chaplin. El vagabundo Charlot viaja con un circo ambulante y se enamora de una mujer jinete que está enamorada de un musculoso trapecista. Mientras tanto, le suceden mil y una peripecias. (FILMAFFINITY)
1 de septiembre de 2017
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unos pocos días llegó a mis oídos una noticia maravillosa: Pablo, un bebé de ocho meses, vio su primera película.

Se trataba, como aquellas que evocaba "Cinema Paradiso", de una proyección veraniega con acompañamiento en directo al piano de "El circo"; ya saben, esa vieja película de Chaplin a menudo poco valorada porque se sitúa entre dos de sus obras canónicas, "La quimera del oro" y "Luces de la ciudad", pero que en su modestia contiene algunos de los mejores y mejor filmados gags de su carrera, aderezados con notas de una genuina emoción que no excluye la amargura.

Al igual que la música amansa a las fieras, contaba su madre —por cierto, una de las plumas más seguidas y valoradas durante la Edad de Oro de FilmAffinity, ya llovió desde entonces— que Pablo había tenido un día irritable, pero que sin embargo quedó completamente quieto, tranquilo y fascinado por esas sombras que iban y venían.

En el fondo, la misma hipnótica y misteriosa seducción por el traqueteo de las imágenes a veinticuatro fotogramas por segundo que sentimos a lo largo de toda nuestra vida quienes nos declaramos amantes del cine, aunque para entonces necesitemos justificarlo con la pátina de la intelectualidad y las interpretaciones sesudas.

Se preguntaba esperanzada su cinéfila madre si cuando Pablo llegue a la edad de las locuras del amor compartirán las maravillas de Murnau, Fritz Lang, Billy Wilder o William Wellman, o acaso Pablo le pedirá que le ponga "Laura", "Amanecer" o "Vértigo". Yo espero que así sea, y me gusta imaginar que en uno de esos días Pablo se reencuentre por azar con la figura del vagabundo ataviado con bastón y bombín, y sienta entonces una repentina punzada que le resulte incapaz de explicar, mientras su madre, satisfecha, sonríe a su lado.

Pero todo eso habrá de llegar. Ahora es el momento, tan solo, de dar cuenta del sueño de una noche de verano en el que el cine se acercó a un bebé de ocho meses y le susurró: "Pablo, presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad".


[Para Pablo y Cristina]
Quim Casals
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