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España España · Barcelona
Voto de Quim Casals:
4
Acción. Aventuras. Ciencia ficción. Thriller En el calendario de los mayas aparece señalado el año 2012 como la fecha en la que se producirá el fin del mundo, que irá acompañado de diversas catástrofes naturales: erupciones volcánicas, tifones, glaciares que inundarán el planeta. Cuando el escritor Jackson Curtis (John Cusack) y sus hijos regresan a casa, una intensa actividad sísmica recorre la Costa Oeste de los Estados Unidos.
4 de enero de 2013
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
De una manera proféticamente involuntaria, esta película se ha convertido en una poco sutil metáfora de lo que ha sido a nivel mundial el finiquitado año 2012 para millones de personas sumidas en la crisis.

En este tipo de cine, sin embargo, los buenos siempre se salvan (aunque ya es mala suerte que aquí le pase al insoportable John Cusack; al menos podemos celebrar que no participara Jennifer Lopez) mientras que en la vida real quienes menos responsabilidad tienen en la crisis son quienes más la padecen y quienes más culpa tienen son quienes reciben todas las ayudas.

Afortunadamente, sí hay cosas positivas que comparten la ficción y la realidad, como es la emergencia del sentimiento de solidaridad entre los desfavorecidos y la capacidad de indignarse ante los poderes fácticos.

En lo puramente cinematográfico, poco cabe objetar a la espectacularidad que siempre consigue Emmerich (a pesar de lo cansino que resulta que sus protagonistas salven la vida por un pelo unas veinte o treinta veces seguidas), la cual sin embargo no evita que la escasísima, por no decir nula, elaboración psicológica de los personajes y la simplicidad absoluta del guion ejerzan un triste contrapeso.

No son estos defectos aislados de "2102", sino que se reproducen sistemáticamente a lo largo de su filmografía (¿qué le habrá hecho el mundo a Emmerich para que se empeñe en destruirlo tantas veces?). Pero lo más intrigante es ese perenne aire de "americanada", en el sentido más tópico, vulgar y negativo del término, que demasiado a menudo llega a unos límites tan exagerados y ridículos ("Independence Day") que uno llega a preguntarse si Roland Emmerich no será en el fondo el más subversivo de los subversivos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Quim Casals
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