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España España · Barcelona
Voto de Quim Casals:
7
Cine negro Tras cometer un robo, una banda de atracadores trata de huir a Francia. Con el fin de evitar el control de la Guardia Civil, toman un camino cortado que los deja aislados en un pueblo casi desierto, que en pocas horas quedará inundado con motivo de la inauguración del pantano de Sau. (FILMAFFINITY)
31 de julio de 2010
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una característica común de bastantes policiacos españoles de los 50, que ayuda al verismo que transmiten, es su absoluta autenticidad geográfica —el ejemplo más claro está en "Apartado de correos 1001", donde se nombran las calles y locales barceloneses que aparecen—. En "Camino cortado", las localizaciones y circunstancias del momento (la población de Sant Romà de Sau, desalojada para ser anegada por las aguas del que sería el pantano de Sau) se integran en la ficción. Incluso se reconocen las antiguas carreteras comarcales. La única concesión en este sentido es que en la película la presa está a punto de inaugurarse cuando en realidad eso no se produjo hasta 1962.

Hoy, la vista del pantano desde el lujoso Parador Nacional (otra construcción prototípica de esa época, y que años después tuvo una alta simbología histórica, ya que allí se redactó el Estatut catalán de 1979), rodeado de montes westernianos, es una de las más bellas de la comarca de Osona. El campanario románico del siglo XI sirve al visitante para calibrar de un vistazo el nivel del pantano: cuando está lleno, apenas emerge su punta triangular; en máxima sequía, incluso se puede penetrar en la iglesia. Así pues, aparte de las consideraciones meramente artísticas, el film constituye un importantísimo legado de memoria histórica, a la par que emotivo. Resulta inevitable una cierta desazón al ver las calles y las casas donde transcurrieron vidas, historias, amores, de gente que se vio obligada a abandonarlas sabiendo que serían engullidas por las aguas.

Fue Ignacio F. Iquino un todoterreno que dio lo mejor de si, a mi entender, en el género negro, del que fue el máximo impulsor en España. Con todas las limitaciones presupuestarias de la más estricta serie B, se revela como un artesano, en el buen sentido de la palabra, hábil y eficaz, sin florituras autorales y gran pulso narrativo. Aquí destaca de manera especial el creciente y muy logrado suspense que se obtiene a partir de tres vectores paralelos: por un lado, cuando los bandidos son conscientes que están atrapados en el pueblo fantasma y falta una hora para que se abran las compuertas de la presa; por otro, el asedio al que les somete un guardia civil al que han herido pero al que necesitan porqué es el único que conoce una ruta de salida; y, finalmente, las tensiones internas cada vez más marcadas en el seno del grupo (cada personaje representa un simple y claro arquetipo de actitudes de la serie negra).

En definitiva, aunque estoy convencido que con estas premisas John Huston hubiera rodado una de sus grandes obras maestras, "Camino cortado" no deja de ser, a su escala mucho más modesta, un brillante peldaño de uno de los ciclos genéricos más estimulantes y merecedores de reivindicación de la historia del cine español.
Quim Casals
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