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España España · Barcelona
Voto de Quim Casals:
4
Thriller Anna, Georg y su hijo Georgie van a pasar las vacaciones a su bonita casa a orillas de un lago. Sus vecinos Fred y Eva han llegado antes que ellos. Las dos parejas quedan para jugar al golf al día siguiente. Mientras padre e hijo preparan el velero, Anna prepara la cena. De repente, Peter, un joven muy educado que se aloja en casa de los vecinos, se presenta para pedir que le presten algunos huevos porque a Eva no le queda ninguno. De ... [+]
15 de diciembre de 2012
51 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo por costumbre votar películas cuyo visionado no he terminado (aunque hay casos obvios que a los cinco minutos ya se ve que eso no hay quién lo levante) y muchísimo menos escribir sobre ellas. Enseguida explicaré porqué con "Funny Games" practico la excepción a la regla.

El caso es que una noche haciendo zapping topé con ella. Ya estaba empezada pero pensé que podría ser un buen momento para descubrir una obra que ha dado tanto que hablar. Lamentablemente al cabo de menos de media hora sentí, no solo que me desagradaba completamente, sino que no me apetecía en lo más mínimo seguir viendo aquella exhibición gratuita de violencia —tanta y en tantos grados reunida: sugerida, mental, ambiental…— Es una sensación algo parecida a la que experimento cada vez que emiten "La naranja mecánica", que descubrí y vi entera hará unos veinte años, pero que actualmente dejo de mirar a la que empiezan a dar coces a ritmo de Beethoven. Así que, sencillamente, y sin ningún sentimiento de culpa, pulsé un botón y cambié de canal.

Como decía, si ahora redacto estas líneas es precisamente en virtud de las propias características y "reglas" de la propuesta, pues sobre ella sí había leído, antes y después de esa emisión, bastantes de las cosas que se han escrito (y también en un clip aislado de la red he visto la famosa escena del rebobinado, puesto que me preguntaba cómo lo habría visualizado Haneke), y muchas de ellas hacen hincapié precisamente en cómo Haneke "juega" con el espectador y sus zonas más morbosas.

La verdad es que la "partida" de Haneke es un poco tramposa (me recuerda a cuando se criticaba como telebasura las "Crónicas marcianas", donde si uno afirmaba que no las veía se le respondía que entonces no podía criticar, y si decía que las había visto, se le refutaba "vale, mucho criticar pero también las ves").

Por eso, si tuviera delante a Haneke le diría que si él tiene derecho a plantear un juego conmigo, y hasta vicariamente —porqué en definitiva es el demiurgo final que mueve todos los hilos— un personaje utiliza el mando a distancia como parte de ese juego, yo también tengo el mismo derecho a participar en él usando mi propio mando a distancia.

En este caso, pues, la negación a seguir jugando no es simplemente abandonar o desistir a la mitad, como sucedería con cualquier otra película, sino que constituye, por mi parte, una legítima respuesta que forma parte del juego mismo que Haneke propone; mientras que por la suya, si tiene auténtico espíritu deportivo, es un riesgo que debe estar dispuesto a asumir.
Quim Casals
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