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España España · Tres Cantos
Voto de Gonso:
5
Drama Getafe, finales de los 70. La gente mira extrañada cómo un "600" sin conductor atraviesa la calle a toda velocidad. Al volante va Juan Carlos, el Pera, un niño de 9 años con una extraordinaria habilidad para robar y conducir coches. Sus padres, no saben qué hacer para alejarlo de las malas compañías, pero para el niño la calle es centro de operaciones y lugar de aprendizaje. Su suerte cambia cuando llega a la Ciudad de los Muchachos. ... [+]
27 de mayo de 2009
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Sinopsis: Juan Carlos Delgado Caballero, más conocido como "El Pera", es criado en el seno de una familia pobre en los suburbios del Getafe de los 70. Con sólo ocho años ya comienza a robar coches, bolsos y establecimientos. Él se convertirá con su 1,50 de estatura en el conductor de una banda de gamberros que están más tiempo en comisaría que en sus hogares.

A priori: La vida real de "El Pera" resulta muy interesante en una España que, atenta a la Transición, olvida a lo barrios más marginales. El chaval en la realidad con seis años llevó a cabo sus primeros robos en un campamento juvenil de Buitrago de Lozoya. A los siete, mangaba en el 'super' de la época, el Simago. A los ocho, amedrentaba al barrio y los alrededores en busca de 'chupas' y bicicletas. Las tiendas y los coches eran su objetivo a los nueve. A los diez se atrevió con los bancos. Todo un todoterreno delictivo que merecía ser contado en 35 mm.

Opinión: A pesar de que hay un puñado de elementos destacables, el metraje en su conjunto se resiente por culpa de la reincidencia de las situaciones. La dirección, más plana que Keira Knightley, tampoco ayuda a que la narración aguante el interés del espectador a lo largo de los 105 minutos de duración.

Lo mejor: La ambientación de la época, así como los vestuarios y la fotografía están logrados (algo habitual, es muy raro encontrar una película que peque en este aspecto). La interpretación del protagonista, aunque irregular, es notoria, así como un sorprendente Tejero que, aunque no haga una gran interpretación, por lo menos se aleja de su eterno cliché de portero de Aquí no hay quien viva. También algunas escenas de acción (especialmente la persecución automovilística en la noche toledana) están bastante elaboradas.

Lo peor: El metraje se alarga sin sentido ni objetivo, la reiteración de las situaciones (persecución - comisaría - paliza - familia...) lleva irremediablemente al hastío, la profundidad de los personajes es nula, basada en manidos arquetipos que no evolucionan y por último, tampoco tiene justificación narrativa el flashforward que abre el film.
Gonso
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