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Voto de antonio1004:
8
7,4
45.707
Comedia. Drama
Ed Wood es un joven director de cine, un visionario sin ninguna formación académica, aficionado a vestirse de mujer y con muy pocas oportunidades de hacer películas en un gran estudio. Sin embargo no ceja en su empeño de convertirse en un director famoso. Tras reunir a un curioso grupo de personajes, realiza películas de bajo presupuesto, excéntricas y no muy cuidadas técnicamente. (FILMAFFINITY)
2 de junio de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil comprender hasta que punto la imagen que tenemos de Edward Davis Wood Jr. viene de lo que sabemos sobre su vida o del recuerdo de alguna de sus películas (si es que las hemos visto), resulta inevitable establecer el film de Tim Burton como una obra capital para edificar su historia, una película a partir de la que podemos dar imagen y sentido a su desdichada trayectoria tras las cámaras. Ed Wood (1994) funciona maravillosamente como sentido homenaje a su protagonista, pero lo hace afianzada por su labor como apasionante reconstrucción de una vida incompleta y olvidada a la que el cine le debía una. Y Tim Burton se la devuelve con creces. Su mayor logro es conseguirlo sin acercarse al temido biopic, sin edulcorar ni ocultar ciertas partes de su vida, como viene siendo habitual para idolatrar o defenestrar al susodicho/a. Burton, probablemente en el mejor momento de su carrera, recrea su vida sin trasladarla a su oscuro mundo particular, siendo desde la realidad (las secuencias de los rodajes y los personajes que rodean a Ed tratan de ser de lo más fidedignos) llevada a territorios de la más pura ficción (su revelador –y falso- encuentro con Orson Welles) como consigue transmitir su esencia, la de un pobre iluso que, por malas que fueran, tan solo era feliz haciendo películas. Bueno, y también vistiéndose de mujer, nadie es perfecto.
Aunque sea bonito pensar que era un tipo especial, su ambición y posterior patetismo así nos lo pueden hacer creer, la realidad es que, obviando sus fetichismos, la de Ed Wood fue una vida humilde y olvidada como la de cualquier otro desconocido, aunque se empeñara en no serlo. El éxito, por llamarlo de algún modo, por mucho que lo quisiera nunca le llegó. Su mayor triunfo, ser tan malo como para ser elegido tras su muerte como “el peor director de cine la historia”, cambió su historia para siempre. Un premio, probablemente el primero, que sin duda habría recogido encantado. La suya era una vida apasionada por un cine que no le devolvió todo el sentimiento que le puso, tanta ilusión y convicción que contrastaba con su escaso talento y técnica, defectos que a nuestros ojos se suplen con la candidez y entrañable torpeza que generan la imaginación de sus películas más conocidas.
(sigue en spoiler)
Aunque sea bonito pensar que era un tipo especial, su ambición y posterior patetismo así nos lo pueden hacer creer, la realidad es que, obviando sus fetichismos, la de Ed Wood fue una vida humilde y olvidada como la de cualquier otro desconocido, aunque se empeñara en no serlo. El éxito, por llamarlo de algún modo, por mucho que lo quisiera nunca le llegó. Su mayor triunfo, ser tan malo como para ser elegido tras su muerte como “el peor director de cine la historia”, cambió su historia para siempre. Un premio, probablemente el primero, que sin duda habría recogido encantado. La suya era una vida apasionada por un cine que no le devolvió todo el sentimiento que le puso, tanta ilusión y convicción que contrastaba con su escaso talento y técnica, defectos que a nuestros ojos se suplen con la candidez y entrañable torpeza que generan la imaginación de sus películas más conocidas.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
¿Pero estábamos hablando de Ed Wood o de Johnny Depp siendo Ed Wood dirigido por Tim Burton? Ya no lo sabemos, es aquí donde trasciende el film. Y lo hace sin necesidad de excesivos maquillajes ni aparatosos diseños de producción, desde la sencillez de un poderoso blanco y negro, logrando la cercanía que transmite una noble interpretación. Si algo aflora permanentemente durante su visionado es la fragilidad y emoción del Bela Lugosi resucitado por un espléndido Martin Landau, pero en el fondo, lo que hace grande a esta apasionada obra sobre la vida del supuesto peor director de cine de la historia, es la manera tan honesta de identificarse con Ed Wood que establece el propio Tim Burton. A fin de cuentas, al rodar una película el director se expone al ridículo y a la grandeza, al olvido y al recuerdo, sentimientos que Tim Burton conoce y comprende, que refleja de manera sutil y tierna en la vida de un perdedor que nunca perdía la sonrisa. Ahora que dicen que el cine está en crisis, que incluso el propio cine de Tim Burton está en entredicho, sería el momento para que otros Ed Wood perdieran el ridículo. O para que Burton volviera a verla y recordara lo que a fin de cuentas era hacer cine. Creer en él.