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Voto de Dr Natalio:
6
Documental Retrato de la vida y el trabajo de Diana Vreeland, la influyente editora de moda en Harper's Bazaar. La legendaria socialité fue editora de la revista Harper's Bazaar de 1937 a 1962, y posteriormente de Vogue hasta 1971. (FILMAFFINITY)
30 de septiembre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Diana Vreeland: The Eye Has to Travel' es un análisis más o menos profundo sobre la vida de la editora de moda Diana Vreeland, su carácter, sus opiniones y su influencia. Como tal, es un documental bastante especializado, su alcance está bastante restringido y pese a estar correctamente realizado, el interés que pueda suscitar fuera del mundillo de la moda y aledaños es bastante limitado. Cabe destacar asimismo que la directora y productora del documental Lisa Immordino Vreeland es la nieta política de la protagonista, así que todo queda en casa.

Para los profanos Diana Vreeland será una desconocida, aunque dentro del mundo de las revistas de moda parece ser que fue una institución. El documental lógicamente emplea la mayor parte de su metraje en dar cuenta de este prestigio y remarcar su carácter pionero e influyente en campos como la moda o la publicidad, valiéndose para ello de personajes de todo ese universo (diseñadores, editores, modelos, directores, fotógrafos, etc).

Personalmente servidor tiene un problema con este tipo de personajes y celebridades relacionados con el mundo de la moda, la alta costura y la jet set, ya que en cierto modo parecen habitar una realidad paralela alejada de lo mundano y lo terrenal, donde el estilo, la belleza, el lujo y el dinero adquieren un carácter sacrosanto, un ambiente donde las vidas y preocupaciones corrientes de las personas vulgares pertenecen a una dimensión desconocida, en definitiva un mundo de hedonismo, frivolidad y superficialidad sólo al alcance de modelos, actores, vividores y generalmente de gente con mucho dinero, y con el que el resto de los mortales sólo puede aspirar a soñar.
Dicho lo cual, el documental prácticamente omite -aunque se puede deducir- la procedencia casi aristocrática de la familia de la protagonista (la madre era descendiente del hermano de George Washington y prima lejana de una Rothschild), la profesión de su marido (banquero) y sus relaciones con la alta sociedad aquí y allá (París, Londres, Nueva York). Conociendo estos hechos uno entiende mucho mejor la trayectoria que lleva a alguien a convertirse en un gurú de este tipo. No obstante, y en honor a la verdad, hay que señalar también que Vreeland no exuda ese elitismo, ese clasismo y ese desprecio por lo vulgar que se puede advertir en otros autoerigidos capitostes del buen gusto y la modernidad, no por su origen humilde sino en parte por su falta de formación académica.

Fuera de lo extracinematográfico, el documental recorre de forma extensa y entretenida la carrera de Diana Vreeland al frente de Harper's Bazaar y Vogue, y más tarde en el Costume Institute del Metropolitan de Nueva York, extrayendo por el camino la fuerte y peculiar personalidad de este personaje gracias a múltiples entrevistados, así como su discurso respecto al estilo, la ropa o la vida misma procedente de sus propias declaraciones. En resumidas cuentas, un correcto e interesante documental que gustará más a los aficionados a estos temas que no aparecen tan habitualmente en el cine.
Dr Natalio
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