Porque mantener un elocuente nivel comunicativo es fundamental, máxime entre dos estamentos tan relacionados.

Pienso que una proyección temprana de esta obra puede paliar cientos de casos de simpatías y amores platónicos desarrollados por el precoz alumnado hacia alguna figura determinada de su plantel de maestros, situación por otra parte bastante recurrida por el séptimo arte, siendo una alternativa con muchas posibilidades porque siempre da mucho juego, pues el desarrollo de dichas situaciones atrapa y fascina.

En mi opinión Haneke no lo hace muy bien, porque desde un principio no atrapa al espectador, el cual no tiene muy claro que le quieren contar lo cual conlleva a momentos de aburrimiento. Eso sí, pretensión a raudales. El último tercio atrapa por lo violento de las situaciones, pues hay un gran impacto emocional en las imágenes, pero eso no tiene porque suponer que el relato que hemos presenciado tenga porque ser genial.