Porque esto no llega ni a águilas. Lo siento por mi deseado Clint, morbosamente ataviado de militar, nazi para más inri, pero es que la película es de un aburrimiento que no la salva nadie.

Bien por el planteamiento de Segunda Guerra Mundial y espionaje a alto nivel. Sin embargo, la película se difumina por completo, y la verdad es que sin motivo aparente. Quizá su mayor problema, al menos por mi parte, es la sosera de nuestro dúo heroico (Burton y Eastwood), que ni se hablan ni se miran, ni intercambian ninguna opinión, chiste, discusión, cualquier cosa, que perfile a los personajes y ayude a conectar con la historia. Así, todo se reduce a una sucesión de larguísimas escenas y aventuras militares con poca intriga, poca acción y poco pulso.

A Clint Eastwood no le sientan bien los personajes secundarios, y aquí le vemos como apagado, fuera de sitio, puede que pensando mientras cogía la ametralladora que no le gustaba ni su papel, ni la película, ni que apareciese segundo en los títulos de crédito. Richard Burton, por el contrario, se encuentra en su salsa, como el actor camaleónico y británico que es. Porque mira que son buenos los ingleses; llevan la interpretación en la sangre.

Muy decepcionante, la verdad.