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España España · Málaga
Voto de Kaori:
3
Ciencia ficción. Acción Desde el inicio de los tiempos Apocalipsis, el mutante más poderoso que ha existido nunca, era adorado como un dios mientras acumulaba los poderes del resto de mutantes convirtiéndose en un ser inmortal. Tras miles de años dormido, despierta en un mundo que no le gusta y por ello recluta un equipo, encabezado por Magneto, para acabar con toda la humanidad y crear un nuevo orden mundial. Pero el Profesor X, con la ayuda de Mística, se ... [+]
28 de mayo de 2016
103 de 128 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo no soy mutante, que se sepa, y os aseguro que he visto el fin del mundo X-Men en esta «Apocalipsis». O espabilan o aquí morimos todos... entre otras cosas de fastidio. Tras «Días del futuro pasado», nada de lo ocurrido ha ocurrido, con lo cual nada de lo que habíamos visto hasta entonces ha pasado; al menos en este nuevo universo que al parecer se caracteriza por el petardeo de todos y cada uno de sus protagonistas y tramas.

Han transcurridos diez años desde que Magneto quisiera dominar el mundo y arrancara un estadio entero de fútbol. Ahora cada X-Men se ha ido por su lado y aparecen otros nuevos jóvenes mutantes que tienen que aprender a aceptar y controlar sus poderes en el Colegio para Talentos del profesor Charles Xavier. A esto se une una gran amenaza. Una amenaza que es la repera: Apocalipsis. El nombre ya te indica que el muchacho es peligrosillo, pero la historia (¿?) no se preocupa mínimamente de apuntalar el personaje que en teoría es el centro de toda la película. Desde luego, no se concreta quién/qué es este Apocalipsis pero es que tampoco nos explican qué quiere conseguir en su «nueva era», aparte de lo obvio de que gobiernen los mutantes, ni cuál es su filosofía, ni mucho menos por qué siente tanto odio hacia la civilización actual desde el primer momento. Me llaman la atención sus deseos de aniquilar muy especialmente las «organizaciones» y las «superpotencias» y su gusto por hacerle tatuajes y cambiar de peinado al mutante Ángel. Él sabrá por qué. Eso sí, deberíamos agradecerle al señor Apocalipsis que elimine el armamento nuclear del planeta.

Dos horas de película en las que no pasa nada importante porque se limitan a presentar a los personajes que hemos visto mil veces y a asustarse de la amenaza que les viene encima, y una media hora final en la que la acción se concentra en una mega batalla podría ser el resumen de «X-Men: Apocalipsis». De verdad, esta película no tiene guión, se basa es una exhibición de poderes mutantes para que se note la inversión en efectos especiales. Los personajes los han arrastrado por los suelos, los han convertido en clichés que no abren la boca y tienen el relieve de una hoja de papel. Mariposa Mental destaca por poner solo cara de pocos amigos y ser la única a la que Apocalipsis le coloca un bañador como traje; Tormenta cambia de bando como si fuese un muñeco de Lego, Ángel desaparece, la agente Moira es relleno puro y duro, Caos pasaba por allí, lo de Lobezno no pienso comentarlo y Magneto... Magneto merece un párrafo aparte.

Lo de Magneto es una vergüenza. Erik ha sufrido a lo largo de los años esa especie de síndrome tan moderno en el que solo para ser guay puedes ser bueno. Atrás quedó ese poderoso, metódico, calculador, imperioso, inteligente y ambiguo personaje que Sir Ian McKellen encarnó y creó tan maravillosamente bien. El Erik de Michael Fassbender fue en «Primera generación» una genialidad sin contestaciones y se mantuvo con estilo en «Días del futuro pasado», pero ¿en qué se ha convertido ahora? En un paleto. En comparsa de otros, en esbirro, en un mutante manipulable, en un sufrido padre de familia de tintes dramáticos con los que se pretende justificar por enésima vez que mate a todo el mundo... durante media película. Durante la otra media, siguiendo la idea del porque sí en el guión, podrá cambiar de intereses y motivaciones con suma facilidad. La exploración psicológica, la coherencia interna, las motivaciones fuertes y asentadas quedan reducidas a la exploración de la cuenta corriente de Bryan Singer y compañía. Decepcionante.

Lo mejor son, una vez más, James McAvoy, un actor increíble, expresivo y conmovedor; y el imponente Michael Fassbender, quien tiene que hacer malabares con el Magneto que le ha tocado.

Una chapucilla.
Kaori
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