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Voto de cineclasico73:
7
Bélico. Acción. Drama El ex-capitán del ejército alemán Karl Ehrlich ahora es el capitán de un buque mercante, que al estallar la II Guerra Mundial se encuentra atracado en Australia. Tratando de regresar a Alemania sin ser capturado por los aliados, le piden que traslade a una pasajera. (FILMAFFINITY)
28 de agosto de 2016
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ese es su epitafio y colocado por petición suya. Un hombre que es pilar de la cultura estadounidense en el mundo y para el mundo. Sobre todo, porque su nombre es marca reconocida como western. Así fué, así es y así será, a pesar que dentro de sus más de ciento cincuenta películas transitó por todos los géneros posibles, como por ejemplo en esta cinta con tintes bélicos y dramáticos. Wayne, con su presencia característica e inigualable, da vida a un capitán de la marina alemán degradado a comandar un viejo buque mercantil, atracado en aguas australianas en el momento en que la segunda guerra mundial empieza a desarrollarse. Su postura es abietamente antinazi, pero evidentemente patriótica, dualidad que lo subyuga a distintas situaciones en pos de hacer llegar su nave y su tripulación a su amada nación sin dejarse capturar por las embarcaciones enemigas, osea los aliados, y en particular por un antiguo amigo suyo de nacionalidad inglesa, que se da a la tarea de detenerlo. Todo complicado aún más por la figura de una espía, arrebatadoramente hermosa, Lana Turner, como la tercera en discordia y pasajera ocacional del barco germano. Creo, que la película quizo abarcar tópicos como la la persecución al barco alemán y el romance inevitable sin finalmente haber evolucionado de manera superlativa en ninguno, a pesar de lo cuidadosas y creibles escenas. Sin embargo, cuando aparecen los dos protagonistas, Wayne y Turner, la tensión romántica y sexual se hace palpable y verosímil, sobretodo, por diálogos concizos, posturas bien manejadas y una química apenas evidente. Lana está más que correcta y valora su importancia dentro de la trama a pesar de ciertos vacíos argumentales que no quebranta su actuación. Lo de su belleza legendaria, con la imagen limpia y colores altivos, no hacen otra cosa que resaltarla y servir el film de testamento verificador de tal afirmación. Bonita oportunidad de contemplar a una pareja protagonista en estado de gracia, y medir a un director de buenas maneras como Farrow, apoyado en el eterno Wayne, esta vez, sin caballo ni pistola pero como siempre bien aplomado, dando clase de versatilidad.
cineclasico73
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