Me gustan las películas así, ovejas negras del cine que no encajan con ningún género. De todos modos el título no engaña: no es una historia de supervivencia al uso. El foco no está puesto sobre situaciones cargadas de adrenalina, o sobre la supervivencia en sí, sino en “ellos”, los protagonistas. El elemento principal de la trama es la evolución de los personajes, individualmente, y su mutua relación. La situación funciona como mero catalizador. Son muchas las películas que nos cuentan cómo una personalidad concreta puede encontrar la fortaleza necesaria para seguir con vida; o cómo en el entorno pueden encontrarse las claves para sobrevivir. Sin embargo en esta película no es la fortaleza ni las dificultades, sino los sentimientos, los que deciden el curso de la narración. Me gusta ese cambio de prisma: es sutil pero original, y desde luego la causa de que esta película sea la historia de supervivencia más cálida que me he encontrado.

Puntos fuertes: El reparto, sin duda (perro incluido), ya de por sí sumamente atractivo y decididamente a la altura de nuestras expectativas. La fotografía: los paisajes son estáticos, desoladores y preciosos, perfectos para marcar el tono de la historia.

Aspectos flojos: ver zona spoiler.