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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
7
Comedia. Romance Allen (Woody Allen), un artista neoyorkino que no consigue alcanzar el éxito, tiene un protegido, Jerry Falk (Jason Biggs), que aspira a ser escritor y que vive permanentemente atormentado. Su representante (Danny DeVito), que no tiene más cliente que él, no le hace ni caso. Jerry se enamora perdidamente de Amanda (Christina Ricci), una joven emancipada e imprevisible que sólo le causa quebraderos de cabeza. (FILMAFFINITY)
29 de mayo de 2008
51 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca llegaré a entender como ese tipo bajito, neurótico, excéntrico, nervioso y sicótico puede llegar a despertar en mis emociones que otros ni se acercan a lograr. Y es que este film parecía tener todas las papeletas para ser una comedia de momentos y poco más. Pero no. Me equivoqué. Anything else posee las verdaderas características que debe tener un producto tan ligero, fresco y humorístico como este: Diálogos ingeniosos por doquier, que se mueven vertiginosamente en el entramado, sólo siendo superados en velocidad por los aspavientos realizados por Woody Allen cada vez que entra en escena, unos personajes cómicos y curiosos en cierta medida, una banda sonora de lo más agradable y una dirección 100 % amena.

Y eso que jamás pensé que un tándem formado por Jason Biggs y Christina Ricci, secundados por el siempre magnífico Allen, fuese a funcionar tan bien, además de contener dos interpretaciones bastante sorprendentes por parte de sus protagonistas: Un chaval que parecía que no iba a salir nunca de American pie y una muchacha que no lograba encontrar un papel lo suficientemente adecuado para ella.
Sin embargo, todo lo que toca Allen, se convierte en oro o, en su defecto, plata de primera clase. Obra con maestría y consigue que todos los intérpretes den lo máximo de si mismos, sacando partido de una trama que podría haber dado para menos, pero que en manos de este genio mejora gradualmente hasta llegar a límites completamente satisfactorios.

Por si ello fuera poco, el elenco de personajes da alas a la trama: Las secuencias con el psiquiatra son la monda, tanto estas como las conclusiones que saca el protagonista de sus consultas, la relación madre-hija que, en ocasiones, se muestra invertida dando resultados que parecen trasgiversar lo que debería ser lógico o normal, los momentos de Jerry con su agente, que quizá pequen de sosos en ocasiones, pero tienen instantes brillantes, las conversaciones de Dobel con el protagonista, así como el juego que idea para intentarle convencer y, por último, las relaciones internas de la pareja principal, tanto como alguna que otra situación de distensión en susodicha pareja a través de distintas personalidades que van surgiendo a lo largo de todo el argumento.

Vaya, que ni el talento del maestro Allen se ve tapado por una propuesta que no se estimaba tan jugosa en un principio, ni por intérpretes ni por guión, pero saca partido de todo ello creando un cóctel realmente apetecible, donde diversos aspectos de la vida sentimental en pareja o la frustración ante determinados propósitos en la sociedad discurren como tema principal, haciendo de esta, una de las veladas más interesantes del cineasta estadounidense. No tiene desperdicio.
Grandine
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