Comprendo que la nueva cinta de Soderbergh no guste ni gustará a muchos, básicamente porque lo que, a priori, parece un cúmulo deshilachado de secuencias que sólo tienen una conexión entre ellas (los personajes), a mi me parece una perfecta rotura de los esquemas narrativos habituales para realizar un corte seco en la progresión dramática de "The Girlfriend Experience" y esa es, para mi, una de sus mayores virtudes. Es decir, y me explico, con la última peli de Soderbergh nos encontrabamos, a priori, con las andanzas en la vida de una prostituta de lujo y su novio, hecho que podría haber ofrecido posibilidades para desarrollar una historia lineal que nos sumergiese en los recovecos, problemas y conflictos de esa pareja, sin embargo, lo que este cineasta hace es romper tajantemente esa progresión y, por ende, conseguir lo que a mi parecer se propone: darnos de frente con la vida de una muchacha que no parece tal, que se compone no sólo de momentos en los que escapar de lo que uno es resulta necesario, sino en los que las esperanzas quedan en un saco roto, diluidas en un universo que parece no comprender ningún tipo de evolución.

También me gusta bastante el hecho de que Soderbergh, contando con una actriz como Sasha Grey, sepa como no recurrir a lo explícito y estridente teniendo las herramientas necesarias para hacerlo, y trazando así un retrato mucho más delicado de lo que cabría esperar, haciendo de este modo que los encontronazos entre ambos protagonistas resulten mucho más vivaces y fehacientes y logrando que "The Girlfriend Experience" quede en algo mucho mejor de lo que podría haber dado una idea tan sencilla como esa, pero que el cineasta norteamericano sabe explotar con inteligencia y suficiencia para crear una de esas pequeñas rarezas que ya forman parte del mundo Soderbergh y que, de vez en cuando, entre sus Ocean's nosecuantos y Che's, sorprende y nos muestra otro de tantos recovecos de un realizador que, tras tanto cine a sus espaldas, aun parece guardar ases en su manga.