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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
8
Drama. Comedia Basada en la novela homónima de Marie-Sabine Roger. Germain Chazes (Gérard Depardieu) es un hombre maduro y obeso que vive en una caravana, en el jardín de su madre, y su vida transcurre entre el café y el parque público. Los demás lo consideran un imbécil feliz, hasta que Margueritte (Gisèle Casadesus), una anciana muy culta, le descubre el universo de los libros y las palabras. Desde entonces, su relación con los demás y consigo mismo ... [+]
1 de septiembre de 2010
47 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo confesarlo, desde hace unos años tengo un pequeño vicio que me lleva a las salas de cine. No es ver un estreno de radiante actualidad, ni ver a ninguno de los grandes en acción, ni rebuscar entre la estruendosa acción para distraerme del mundanal ruido de la ciudad, porque para ello, para alejarme de ese mundanal ruido, quién mejor que Becker. Y ese es mi pequeño vicio: acudir religiosamente a cada película suya que se estrena, cuanto antes, mejor, y enternecerme con ellas, vaciarme emocionalmente y salir de la sala con pequeñas formaciones acuosas en los ojos a las que nunca dejo salir, las guardo para la próxima vez, para el día que me quiten a ese inolvidable francés.

Pero de todo ello no me encargo yo precisamente. Lo único que hago es acudir donde se estrene, sea doblada o en versión original, y dejarme guiar por ese pequeño gran mago del celuloide llamado Jean Becker. Y da igual cuales sean sus personajes, si los lleva hacía el drama más cruel o hacía la comedia más agradable, los resultados siempre son los mismos, y aquí logra engancharme con otra dulce historia sobre un paleto pueblerino (un genial Depardieu) al que se le presenta esa fuente de conocimiento llamada Margueritte, y a su lado nos da igual todo: aprendemos, sonreimos, nos sorprendemos... cualquier sensación es válida cuando los mecanismos están tan bien cuidados. Porque Becker no vuelve a recitar la típica historia de aprendizaje y superación, aquí deja ante nosotros a un personaje que conoce a la perfección sus limitaciones, y al que le motiva aprender, pero que en ningún momento intenta dar lecciones o vencer sus peores defectos, porque los conoce y los asume como el que más, haciendo de su periplo vital un camino recorrido entre el desencanto y la ilusión.

El autor de "La fortuna de vivir", plantea además con flashbacks los pequeños conflictos que fueron socavando las posibilidades de Germain, y en lugar de darse al tremendismo, los acoge como una marca más del personaje, los deja vagando en su mente y logra que proponer conflictos entorno a su duro pasado no resulte algo fuera de lugar, o un truco para reclamar a la emoción más visceral.
Sin embargo, lo mejor de todo en ésta "Mis tardes con Margueritte", está en que Becker deja atrás esos finales característicos que venía otorgando últimamente a sus personajes, y logra dar de lleno con el sentimiento, que empapa la pantalla y me recuerda que, la próxima vez que quiera toparme con tan agradables sensaciones sólo debo hacer lo mismo que Margueritte, pero buscando lo que ella buscaba a través de la lectura en el cine: una película de Jean Becker.
Grandine
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