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Voto de Cinéfilo de mierda:
4
Drama Se centra en un grupo de personas que están conectadas a través de la pérdida y analiza cómo la gente encuentra amor y consuelo a través de los recuerdos y los objetos que comparten entre sí. (FILMAFFINITY)
11 de mayo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Nostalgia” tiene muy buena crítica porque es muy imperfecta. Esta obra, dirigida por un tal Mark Pellington, está repleta de buenas intenciones muy mal enfocadas, y aborda un tema interesante pero no cuenta con la destreza necesaria a la hora de tratarlo. Puede que no sea una tortura china, pero si es una película que nos muestra una de las peores caras del séptimo arte: la del cine MAL HECHO. Pero vamos poco a poco…
La película comienza con una interpretación sumamente natural, que parece más cercana a una entrevista para un documental que a la ficción. Incluso tras ese pequeño dialogo nos deja unos segundos en los que su lenguaje parece querer narrar algo: Existe un marcado juego de color y de composición que vaticina una obra cuidada en lo estético, protagonizada por un personaje peculiar que atraerá nuestra atención relativamente pronto. Pero TODAS estas sensaciones se van diluyendo conforme avanza la trama, en una especie de montaña rusa sin término medio: a veces funciona sobradamente y a veces se precipita sin compasión en lo más bajo.
La historia está compuesta por un conjunto de personajes que han perdido a alguien importante de sus vidas, y que tienden a representarlo y a mantener su recuerdo a través de los objetos. Para tratar todo esto, su creador se ha decantado por diseñar un argumento en el que se cruzan un buen número de personajes, cada uno con su historia, su evolución y sus movidas. Esta dinámica podría ser interesante, pero está fatal llevada: en primer lugar, porque no somos conscientes de la dinámica hasta que no ha avanzado el film lo suficiente como para que ya conozcamos a tres personas; personas que es fácil que ignoremos pensando que serán abordadas en profundidad más adelante.
Somos seres que ven MUCHOS productos audiovisuales, y sus códigos y sus férreas estructuras se encuentran marcadas en nuestro ADN a fuego, impidiendo que las propuestas que rompen esas tónicas lo hagan nada más empezar. En “Nostalgia” ocurre esto, y nos vuelca en sus primeros compases sin apenas hablarnos del que parece protagonista, y hablándonos mucho de una trama que se abandona antes del primer tercio de la historia y que sirve de introducción. Además, se trata de una trama de poco interés real, que entremezcla un drama familiar excesivamente complejo como para ser tratado en veinte minutos.
Después la cosa se anima con el interesante personaje de Ellen Burstyn, de lo más reseñable de la película, y ésta toma el relevo del personaje principal, abandonándolo sin dejar rastro. Cuando nos acostumbremos a ella, saltaremos a otro, y luego a otro, y a otro, y a… VALE, NO HAY TANTOS pero ya pilláis la dinámica. Cuando comencemos a empatizar con alguien deberemos despedirnos de él para que la obra continúe su caprichoso relato, sin rastro alguno de una trama “madre” que unifique la narración hasta el final.
Además, la forma de enfocarlo es PATOSA. A grandes rasgos, vamos saltando de monologo sentimentaloide a monólogo sentimentaloide sin compasión alguna, en un ejercicio absurdamente dramático que cede absolutamente TODO el puto protagonismo al personaje en pantalla, manteniendo su intervención en un estúpido primer plano fijo en su rostro. La estructura, vista en conjunto, da risa: introducción de la situación, monologazo densito, desenlace y NEXT. Además, el señor Pellington no cuenta ni con la imaginación ni con la habilidad necesaria como para camuflar este inconveniente, y no dejo de imaginarlo deshaciéndose en halagos hacia unos actores que hacen lo que pueden, pero que se encuentran lejos de suplir los estándares más bajos.
Dentro de lo malo, existen pequeños rayos de luz que salvan a “Nostalgia” del abismo. En primer lugar, la pequeña trama de la mencionada Ellen Burstyn, que funciona sobradamente e incluso se atreve a explotar una alternativa estética en la que el director SÍ que puede llegar a convencernos. Su personaje y su conflicto es interesante, se encuentra super bien planteado y está muy bien defendido por la actriz, logrando que sea el momento que la película nos atrapa –ligeramente-. Os lo juro: si no llega a ser por ella, la habría quitado. Por otro lado, tenemos el personaje de Mickey Madison, que protagoniza una de las mejores escenas del film. Tras una secuencia en la que Pellington se ve desbordado de TANTO PUTO DRAMA, la obra frena, respira, reordena y enfoca la tragedia desde un punto de vista original y, al mismo tiempo, demoledor. En esos segundos que parecen más fortuitos que intencionales, “Nostalgia” nos muestra todo su potencial en un último esfuerzo por cautivarnos, y lo consigue.
Siento haber ignorado todo lo que no era guion, pero es que este departamento es uno de sus pilares. El resto de departamentos están ahí, sí, pero no nos ofrecen nada lo suficientemente bueno/malo como para destacar. Quizá debería aplaudir la banda sonora, que enfatiza y sabe darle tono a una obra fallida en su forma y es su contenido, muy cercana al aburrimiento más absoluto. Quizá sepa llegar a quiénes se encuentren en situaciones similares, o quizá su final justifique haberse tragado toooodo el desarrollo; pero a priori no encuentro ningún motivo por el que esta obra le pueda interesar a una persona mentalmente sana.
Cinéfilo de mierda
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