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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
5
Drama Drama sobre el narcotraficante colombiano Pablo Escobar, basado en el libro 'Amando a Pablo, odiando a Escobar', escrito por la periodista colombiana Virginia Vallejo, donde cuenta la relación amorosa que mantuvo con el narcotraficante en la década de los 80. (FILMAFFINITY)
10 de marzo de 2018
22 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película que no tenía buena pinta, la crítica, sorprendentemente (según ellos la inmensa mayoría de las películas son buenas o muy buenas), no había dado el unánime y acostumbrado sí quiero; León de Aranoa estaba errante, ya no sabía si cine de monserga o explorar nuevas vías; Bardem y Pe ya no son lo que eran y a Pablo Escobar le han contado la vida tantas veces y tanta gente, ya solo falta que la escriba él mismo desde la tumba, que pocos temas más sobados había.
Y lo peor con diferencia de todo, la grotesca premisa que daba lugar a esta historia resumida en su nefando título, el amor entre una periodista, o así, y el tal Pablo que todavía nos alumbra como una estrella que murió hace tiempo y sigue todavía viva.
En fin, que había que atarse bien los machos, rezar todo lo conocido, rogar y esperar que la función no nos hiciera demasiado daño, a nosotros, pobres espectadores castigados con saña por el último cine que nos ha llegado directamente desde la parrilla de los Óscar hasta nuestras mejores salas. Cine abominable, Stalinista-Goebbelesiano-McCartysta, no sé si terriblemente conducido o simplemente aberrante. No todo. Solo un buen trozo.
Tanta palabrería para decir que nos salvamos por los pelos. Si logras soportar los primeros minutos de duro impacto, cuando te dan el primer sopapo, cuando descubres atónito, la ignorancia te había mantenido dichoso, que es una película sobre colombianos interpretada por españoles y hablada en... inglés (con algunas palabras o expresiones en español, manda madre), lo demás va solo. Malparíos. Obviamente el dinero manda, para poder hacerla y distribuirla, antes, durante y después, vive Dios. Pero pocos atentados/decisiones artísticas tan esclarecedoras y representativos de cómo está el mundo y funciona el cine. Como hacer una película sobre Rubén Darío interpretada por un mexicano y hablada en chino mandarín. En fin. Somos fuertes y lo pudimos resistir. Luego el ser humano se acostumbra a todo y casi no te das cuenta del crimen de lesa gravedad contra la humanidad.
Pero no son solo esos hechos perturbadores, hay que sumarle la aparición estelar de la Pe como trepa desaforada, frívola y pedorra sin parangón que se nos lleva al terreno de la pasión gavilanesca al tripudo Bardem (ay, la escena en la que corre con el culo al aire, y al viento, rifle en ristre por aquellos andurriales, me recordó, con perdón, a las hazañas nudistas del inefable Carlos Areces o al inverosímil Torbe en todo su apogeo cretino emitiendo sonidos de gorrino).
En esos momentos parecía/temía parodia sandunguera y platanera. Me preparé para una buena ración de risas (y un futuro gozoso escrito pinturero/portentoso).
Y no. Se van desarrollando los hechos, la petarda se hace a un lado y se cuentan cosas interesantes con ritmo intenso y entretenido. El Escobar se quiere hacer político para así evitar que los gringos le metan en la trena con la aplicación del tratado de extradición. Pero claro, una cosa es ser el jefe de la droga colombiana y otra muy distinta ser un importante gerifalte político. Lo primero lo puede conseguir cualquier psicópata con algo de inteligencia. Lo segundo es peor, mucho más complicado, tienes que ser un pelele, un monigote sinvergüenza dentro de un monstruoso sistema. Lo mismo que Escobar pero sin mancharse las manos. Ahí se equivocó, confundió el valor del dinero. El cual es solo una herramienta, la más crucial pero no la decisiva, lo que manda es el poder, el conjunto de relaciones, ese entramado de los que verdaderamente mandan, el cual expulsa sin contemplaciones a los recién llegados o que no se pliegan, a los que se creen que se pueden saltar las reglas (como salvando todas las tremendas distancias de todo tipo les pudo pasar en España a dos elementos tan distintos y acojonantes como fueron Jesús Gil y Mario Conde, que en cuanto quisieron llegar a más y poder dominar, fueron eliminados, es decir, encarcelados y silenciados) inexorables del juego. Esos seres que rigen el mundo no necesitan enseñar la pistola o los billetes para tener el dominio.
Esa es la cosa, la película gana y crece en el aspecto criminal, temporal, político, drogadicto, sufre perramente con la Penélope y en los minutos en los que aparece la santa esposa y los queridos niños (aunque sirven para decir que distinguía y diferenciaba entre lo público y lo privado, entre el trabajo y la casa. Con sus vicios sexuales pero cada cosa en su sitio, como le hace ver a Pe cuando esta se quiere asemejar a su santa esposa).
Pero sobre todo hay que destacar y aplaudir como se merece al inmenso Bardem, con una interpretación abismal, graciosa, desbordada, arriesgada, creativa, exagerada, valiente y gigantesca. Siniestramente cómico. Hermosamente terrorífico. Fabulosamente patético. Con sus carnes morenas derrengadas y todas sus bajezas expuestas sin sutileza. Mentiroso, poderoso y medio loco. Desquiciado, familiar, brutal, implacable y fullero. Aunque no se profundiza demasiado y queda solo la carcasa, el arquetipo, es Bardem el que le insufla toda la vida que le falta a esa casi caricatura. Su destino es una huida hacia delante, hacia la nada. Hay momentos, pocos, tampoco nos pasemos, en los que casi me recordó a Tony Montana. El cubano, más encocado, Pablo, más borrachuzo, tragón y follador.
Y de lado, el retrato de un país y un tiempo. La Colombia de los años ochenta y primeros noventa. Sin ley y con (mucha) muerte. Una guerra civil y campal cada día. Se expresa bien la sensación de impunidad y vértigo. De un Estado sin derecho.
También se acierta con el tono cínico, ajustado, sin idealizar, más o menos neutral, para contar unos hechos tremendos.
Pe está ridícula. Pero no creo que lo haga mal. Simplemente retrata a una tipa que así apuntaba, a zorrón
desorejado con ínfulas, a caradura con gracia y salero, a choni felona de altos vuelos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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