Sin duda, se trata de un buen trabajo de Ken Annakin tras las cámaras, con un elenco de primer nivel. Partiendo por Henry Fonda, seguido por Robert Ryan y Dana Andrews, viejos tercios de Hollywood, y el siempre eficaz Telly Savalas. Las locaciones en una excelnte fotografía Technicolor, fueron rodadas en hermosos parajes de España. La trama, si bien es cierto está acusada de contener errores históricos, resulta entretenida, a pesar de las más de dos horas y media de duración. En lo personal, me gustó muchísimo y la disfruté de cabo a rabo. El único punto bajo, y que no tiene que ver precisamente con la película en si, es que en ciertos diáologos, cambia el doblaje español de buen nivel, a unas voces horribles. Al margen de esto, la cinta es buena.