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España España · Madrid
Voto de Áralan:
7
Drama Cuando la famosa historiadora norteamericana Deborah E. Lipstadt acusó a determinados periodistas e historiadores de negacionistas en su libro "La Negación del Holocausto", fue denunciada por el negacionista británico David Irving, un famoso periodista e historiador admirador de Hitler, y que se querelló en 1996 contra ella por difamación. Entonces Lipstadt se propuso derrotar a Irving y los negacionistas en Inglaterra únicamente con ... [+]
17 de diciembre de 2016
31 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recién terminada de ver, solo puedo decir que me ha gustado bastante.

Soy un cinéfago de historias, no tanto de estilismos o autorismos que dejan la historia de lado para centrarse en otros aspectos del cine muy amados en según qué salones cinéfilos. Soy más de fondo, no de formas, aunque ni mucho menos las rehúya. Quizá sea por eso que aunque la puesta en escena sea tradicional, correcta; aunque el guion no sea nada del otro mundo, aun estando bien hilado judicialmente a pesar de ciertos saltos que se supone que debemos rellenar al estar basada en una historia real, y aunque las interpertaciones no sean para lucirse con ese gesto impertérrito que debe poner todo el mundo en un juicio, lo que hace apasionante la película es, como casi siempre, la historia que trata.

O las historias.

Porque se habla de Historia y de cómo, quiénes y por qué nos cuentan la Historia; y de que dos proposiciones que se excluen entre sí no pueden ser ambas verdaderas; y de que la libertad de expresión se ha de basar en la veracidad, el camino más probable para encontrar la verdad; y de que Hitler no podía estar a favor del extermino y, a la vez, estar en contra del genocidio judío; y de que cuando estas dos versiones se enfrentan y el ciudadano de a pie se ve confundido acerca de qué creer, quizá lo mejor es decidir qué es verdad y qué no en los tribunales, esos sitios donde los sentimientos de las víctimas no importan, donde todo tiende a ser más aséptico pese a que, paradójicamente, sea donde podemos encontrar los momentos más emocionales de la cinta que nos ocupa y donde los personajes, en su circunspección, nos muestran en verdad lo que sienten, por más disfrazado de estrategia que esté.

Es una buena historia basada en hechos reales.
Y lo triste es que esté basada en hecho reales.

Animaos a verla. No veréis una gran película de hallazgos técnicos, creativos, interpretativos, de fotografía, banda sonora, montaje, guion o sonido.
Solo es una historia que, desgraciadamente, ocurrió.
Y aún ocurre.
Para mí, es más que suficiente. Es notable.

Besos y quesos.
Áralan
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