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Estados Unidos Estados Unidos · Bon Temps (Louisiana)
Voto de RandolphCarter:
7
Drama Al salir de la cárcel, tras doce años de condena por agresión sexual a menores, Walter (Kevin Bacon) se instala en una ciudad, consigue trabajo y trata de llevar una vida normal, pero su pasado lo atormenta. Aunque es muy reservado, encuentra un inesperado consuelo en Vickie (Kyra Sedgwick), una mujer dispuesta a no tener en cuenta su pasado. Lo que no puede evitar es el férreo control al que lo somete su cuñado (Benjamin Bratt), el ... [+]
30 de enero de 2010
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un par es lo que tiene el señor Kevin Bacon, para mí, uno de los mejores actores de su generación, para embarcarse en este relato de moralidad indefinida, donde por primera vez se nos presenta la figura del pederasta no como monstruo desalmado, sino como enfermo patológico. Que nadie piense que esto en absoluto justifica acto alguno contra la infancia, o trata de despertar simpatía hacia el criminal sexual tipo: "pobrecillo, no controla sus impulsos..." No. El mismo protagonista se odia a sí mismo, pero nosotros le acompañamos por el difícil sendero de la represión, ya que la rehabilitación es imposible, su condición le es inherente y lo más que puede conseguir es reconducir dichos impulsos, joderse y aguantarse.

La cuestión se nos plantea como una buena persona, insisto, no un retrato universal del pederasta, con una irrefrenable adicción contra la que lucha. Él sabe que está mal e intenta por todos los medios llevar una vida normalizada con trabajo estable y novia (su esposa en la vida real, la magnífica Kyra Sedgwick) a pesar del acoso del agente de la ley interpretado por Mos Def y las tentaciones cotidianas. Una lucha contra sí mismo que sólo la empatía, el ver a los niños como personas inocentes a las que si da rienda suelta puede dejar traumatizadas, como él mismo quedó para toda la vida, puede llevarle a la redención.

Un duro drama de tema polémico, que puede revolver en sus asientos a los espectadores más conservadores, a los que recomiendo que dejen aparte prejuicios y sentencias; vale la pena por la valentía de una propuesta que no es ninguna apología de la pederastia, su entereza narrativa y sobretodo la excelente interpretación del señor Bacon.
RandolphCarter
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