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Voto de Sodapop:
6
5,2
16.501
Ciencia ficción. Intriga. Acción. Drama
El Dr. Will Caster (Johnny Depp), prestigioso investigador en el campo de la Inteligencia Artificial, trabaja en la creación de una máquina sensitiva que combine la inteligencia colectiva con las emociones humanas. Sus controvertidos experimentos le han hecho famoso, pero también lo han convertido en el principal objetivo de extremistas anti-tecnológicos. Su mujer Evelyn (Rebecca Hall) y Max, su mejor amigo (Paul Bettany) son sus ... [+]
15 de julio de 2014
69 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay nada que resulte más molón que terminar de ver una superproducción y poder decir que ha sido una basura. Se nos pone como el pan de la semana pasada. Y sobre todo, nos hace parecer más inteligentes. De vez en cuando hay películas que cuentan con un poco de sustancia entre tantos ceros de presupuesto. Al principio, las aceptábamos pero la tendencia actual de lo guay nos dicen que debemos acusarlas de pretenciosas.
Osea, que no queremos ni palomitas ni queremos pensar mucho. Chicos, no os entiendo. En mi opinión, lo mejor que puede ofrecer una peli es que cuando acabe esté abierta al debate, ya sea argumental o moral por los temas que se tratan. Eso significa que has disfrutado de esa peli mientras la veías y mientras ésta sigue en tu mente, y encima sin recargo en el precio.
Con Transcendence hay un par de problemas adicionales. Hay gente que se cree más lista de lo que realmente es y la ha malinterpretado completamente. ¿Antitecnológica? Tanto como un spot de Apple. Si prestásemos atención a lo que se cuenta en vez de a lo queremos que cuente para poder criticarlo, disfrutaríamos más. Es más, en mi opinión, que puede estar equivocada, el tema tecnológico es secundario, es simplemente la excusa para tratar un tema mayor: la moral de Dios. En spoiler lo hablamos.
Con respecto a la película en sí, se nota claramente la falta de experiencia del director. Infinidad de escenas parecen de relleno, incluidas las importantes. Parecen cortes de un tráiler más que escenas. Fatalmente encadenadas.
El guion peca de lo que suelen pecar este tipo de guiones: intentar que con un par de genialidades se pasen por alto muchas incongruencias. Además, le falta alma al libreto. No puede ser que haya un gran historia de amor en la que el espectador no se emocione lo más mínimo. Para colmo el personaje principal está escrito sin ganas, caracterizado sin ganas, y por lo tanto, Johnny (que empieza a tener el síndrome De Niro), lo interpreta sin ganas, coge su cheque y a tomar viento.
Son defectos que lastran una idea interesante y que en otras manos podría haber llegado a muy buen puerto. No es una genialidad, pero ni mucho menos tan intrascendente como a algunos les gusta decir sobreexplotando el juego de palabras. Pero para darte cuenta tendrás que estar dispuesto a ser menos guay.
Osea, que no queremos ni palomitas ni queremos pensar mucho. Chicos, no os entiendo. En mi opinión, lo mejor que puede ofrecer una peli es que cuando acabe esté abierta al debate, ya sea argumental o moral por los temas que se tratan. Eso significa que has disfrutado de esa peli mientras la veías y mientras ésta sigue en tu mente, y encima sin recargo en el precio.
Con Transcendence hay un par de problemas adicionales. Hay gente que se cree más lista de lo que realmente es y la ha malinterpretado completamente. ¿Antitecnológica? Tanto como un spot de Apple. Si prestásemos atención a lo que se cuenta en vez de a lo queremos que cuente para poder criticarlo, disfrutaríamos más. Es más, en mi opinión, que puede estar equivocada, el tema tecnológico es secundario, es simplemente la excusa para tratar un tema mayor: la moral de Dios. En spoiler lo hablamos.
Con respecto a la película en sí, se nota claramente la falta de experiencia del director. Infinidad de escenas parecen de relleno, incluidas las importantes. Parecen cortes de un tráiler más que escenas. Fatalmente encadenadas.
El guion peca de lo que suelen pecar este tipo de guiones: intentar que con un par de genialidades se pasen por alto muchas incongruencias. Además, le falta alma al libreto. No puede ser que haya un gran historia de amor en la que el espectador no se emocione lo más mínimo. Para colmo el personaje principal está escrito sin ganas, caracterizado sin ganas, y por lo tanto, Johnny (que empieza a tener el síndrome De Niro), lo interpreta sin ganas, coge su cheque y a tomar viento.
Son defectos que lastran una idea interesante y que en otras manos podría haber llegado a muy buen puerto. No es una genialidad, pero ni mucho menos tan intrascendente como a algunos les gusta decir sobreexplotando el juego de palabras. Pero para darte cuenta tendrás que estar dispuesto a ser menos guay.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Si se quiere hacer una película sobre la moral de Dios no puedes sacar a Dios directamente (eso a algunos les resulta ofensivo), mucho menos al Dios cristiano (ofensivo total). Entonces se crea un homólogo y es ahí donde el guionista usa la tecnología (nanotecnología mejor dicho) para conseguir la omnisciencia y omnipotencia que se le presupone a Dios. Por eso digo que el debate sobre la tecnología es secundario en esta cinta y viendo el final, desde luego nunca adquiere una posición contraria a ella, sino que cuestiona cómo se usa y cómo se entiende.
Al lío. ¿Cómo podemos juzgar a una inteligencia superior? ¿Cómo podemos discutir con ella en términos éticos? ¿Nuestra imperfección humana es algo por lo que debemos luchar? Estas son algunas de las preguntas que en mi opinión se plantean y esta cinta con su final, apuesta por una cura de humildad de la humanidad.
También se analiza el tema del libre albedrío. Johnny sana a todo el que se sienta en su camilla pero el precio es la inserción de un código con el cual puede controlarlo coartando su libertad. Qué hipócrita puede parecer a primera vista. Pero en el film se recalca varias veces que son los enfermos, “los que no tienen esperanza” se dice literalmente, los que voluntariamente acuden a ser sanados y los que suplican que no les priven de ese código que han recibido y que según los demás, borra su humanidad. Ellos voluntariamente pueden rechazar esa oferta, pero quedarían fuera del sistema. Un sistema que se teme hasta que se experimenta. Me parece una genial analogía de los creyentes y de la salvación del alma.
En la mayoría de las religiones, la salvación del alma conlleva pagar el precio cediendo libremente tu voluntad a Dios. En una sociedad cada vez más humanista y laica, los creyentes parecen zombis a ojos de los no creyentes y son criticados por no asimilar, aceptar y tragar con su imperfección humana. De la misma manera que esta crítica puede ser valorada negativamente solo por su contenido pro-religioso o espiritual. Y esta sociedad occidental que se supone que es la más justa de la historia dentro de lo injusto, tiene una clara tendencia (aún queda pero se palpa en el ambiente) a suprimir ese código que los creyentes han decidido asimilar, como vemos con el personaje de Kate Mara. Esto plantea otra cuestión, ¿obligar a alguien a ser libre tal y como tú lo entiendes, no es precisamente coartar su libertad?
Por favor, no digáis más que esta peli es intranscendente. De hecho, con la pereza que me da últimamente escribir críticas, gracias a la transcendencia de lo que plantea, esta cinta ha conseguido que me ponga a ello.
Al lío. ¿Cómo podemos juzgar a una inteligencia superior? ¿Cómo podemos discutir con ella en términos éticos? ¿Nuestra imperfección humana es algo por lo que debemos luchar? Estas son algunas de las preguntas que en mi opinión se plantean y esta cinta con su final, apuesta por una cura de humildad de la humanidad.
También se analiza el tema del libre albedrío. Johnny sana a todo el que se sienta en su camilla pero el precio es la inserción de un código con el cual puede controlarlo coartando su libertad. Qué hipócrita puede parecer a primera vista. Pero en el film se recalca varias veces que son los enfermos, “los que no tienen esperanza” se dice literalmente, los que voluntariamente acuden a ser sanados y los que suplican que no les priven de ese código que han recibido y que según los demás, borra su humanidad. Ellos voluntariamente pueden rechazar esa oferta, pero quedarían fuera del sistema. Un sistema que se teme hasta que se experimenta. Me parece una genial analogía de los creyentes y de la salvación del alma.
En la mayoría de las religiones, la salvación del alma conlleva pagar el precio cediendo libremente tu voluntad a Dios. En una sociedad cada vez más humanista y laica, los creyentes parecen zombis a ojos de los no creyentes y son criticados por no asimilar, aceptar y tragar con su imperfección humana. De la misma manera que esta crítica puede ser valorada negativamente solo por su contenido pro-religioso o espiritual. Y esta sociedad occidental que se supone que es la más justa de la historia dentro de lo injusto, tiene una clara tendencia (aún queda pero se palpa en el ambiente) a suprimir ese código que los creyentes han decidido asimilar, como vemos con el personaje de Kate Mara. Esto plantea otra cuestión, ¿obligar a alguien a ser libre tal y como tú lo entiendes, no es precisamente coartar su libertad?
Por favor, no digáis más que esta peli es intranscendente. De hecho, con la pereza que me da últimamente escribir críticas, gracias a la transcendencia de lo que plantea, esta cinta ha conseguido que me ponga a ello.