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Voto de Juan Marey:
9
Drama. Romance. Aventuras La última película de Murnau antes de su precoz muerte empezó como una colaboración con el famoso documentalista Robert J. Flaherty, aunque por diversos razones acabó dirigiéndola Murnau en solitario. Rodada en Tahití y Bora-Bora, cuenta la historia de unos amantes enfrentados a los ritos y tabúes de las islas del Pacífico Sur. (FILMAFFINITY)
2 de noviembre de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Considerada por muchos como la última obra maestra del cine mudo, “Tabú: A Story of the South Seas” fue también la última película de su director puesto que murió la noche antes de su estreno en un accidente de coche en Santa Bárbara EEUU y deja claro como Murnau disfrutó de la luz en la paradisíaca isla del Pacífico en la que se rodó.

La historia de la virgen sagrada de la isla que acabó siendo “Tabú”, la escribió en estrecha colaboración con Robert Flaherty, el director de “Nanook”, y que en principio también iba a ser el productor y codirector de la película. Murnau requirió los servicios de Robert J. Flaherty para escribir y codirigir el proyecto aunque la colaboración se rompió por las enormes discrepancias en el modo de tratar a los habitantes de la isla, mientras Flaherty luchaba por filmar la película siguiendo los postulados abiertos por el cine documental y respetando en la medida de lo posible las formas de hacer de los indígenas, Murnau consideraba que debía poner todos los elementos naturales al servició de su creación artística. Murnau se salió con la suya aunque Flaherty abandonó el proyecto.

El resultado: una obra hermosa y compleja, que narra con extrema pasión el destino de dos amantes separados por la voluntad de los dioses. Una película, no prohibida sino obligada e imprescindible, una excelente película que habla de vida y habla de muerte, donde se baila llorando y donde en la más absoluta de las tragedias hay tiempo para el amago de una sonrisa; “Tabú” es desesperación, inocencia, civilización incivilizada y educado salvajismo. Una joya del cine silente, imprescindible para los amantes del cine mudo, los del cine en general y para todos aquellos que conserven algo de sensibilidad dentro de sí en los tiempos que corren.
Juan Marey
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