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Voto de Juan Marey:
9
Drama. Romance En Nantes, Lola (Anouk Aimée), una bailarina de cabaret, espera el regreso de su novio Michel (Jacques Harden), que es el padre de su hijo y hace siete años que emigró a América con la promesa de volver cuando se hiciese rico. Durante su ausencia, Lola es cortejada por Roland (Marc Michel), un amigo de la infancia, y por el marinero americano Frankie (Alan Scott). (FILMAFFINITY)
8 de diciembre de 2013
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primer largometraje del director francés Jacques Demy en 1960, “Lola” empieza con una significativa dedicatoria a Max Ophüls, un homenaje del muy cinéfilo Demy a ese maestro del cine que fue el alemán Ophüls y a su célebre película “Lola Montes”, pero que nadie vea en esta dedicatoria una tentativa de imitar a tan venerado cineasta. Jacques Demy firmó con su ópera prima “Lola” una película original y absolutamente personal que se desarrolla en su ciudad natal Nantes, en donde esos mismos decorados urbanos fueron los que lo vieron crecer y en donde se forjaron sus sueños de niño y su pasión por el cine.

Lola es una atractiva cabaretera, una madre soltera que ha educado sola a su hijo de siete años y que espera con confianza, aunque no con fidelidad, el regreso de su primer amor, ese hombre que se fue a las colonias, que le prometió que un día volvería, una esperanza insensata como lo dice la canción que interpreta Anouk Aimée y que compuso para la película Agnès Varda, la esposa de Jacques Demy y ella misma reputada cineasta. El guión está sabiamente construido a partir de varias acciones paralelas que se entrecruzan en esa ciudad portuaria en donde transcurre la adolescencia de Cécile, en donde Lola trabaja en un cabaret y tiene una relación pasajera con Frankie, un marino americano, en donde Roland, un amigo de la infancia de Lola se enamora de ella sin ser correspondido, una ciudad a la que de pronto llega Michel, el amor absoluto y esperado de la protagonista.

Anouk Aimée está magnífica, lozana, chispeante como una copa de champán, en la representación de la feminidad y del amor en su estado más puro, una mujer que sigue creyendo en ese amor aunque para educar a su hijo y seguir con su carrera de bailarina se acueste con uno u otro cliente del cabaret, a sabiendas de que como en el caso de Frankie no serán el amor de su vida.

Poesía, ternura, desenfado al abordar los sueños humanos y las relaciones sexuales en esos años 60, con un lenguaje directo y de absoluta actualidad. Todo esto es “Lola” una de las grandes películas del cine francés. La crítica de la época, que aplaudió el estreno de “Lola”, calificó con razón a Jacques Demy como “El poeta de la nouvelle vague”.
Juan Marey
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