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Voto de Philipauskas:
10
Drama. Fantástico En el Cielo la preocupación es grande, pues, en los últimos años, muy pocas almas han superado los exámenes de entrada. En el Infierno ocurre justamente lo contrario: la avalancha de condenados está empezando a crear problemas de espacio. La batalla entre el Bien y el Mal parece haberla ganado definitivamente el Diablo. En tales circunstancias, en el cielo se recibe una petición: una madre ruega que intenten salvar el alma de su hijo, ... [+]
30 de abril de 2006
22 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los últimos años han sido funestos para el Cielo, el número de almas que aprueban el exámen de entrada ha disminuido notablemente. Lo altos cargos del Cielo están muy preocupados ante semejante catástrofe. La situación es absolutamente inversa en el Infierno donde el exceso de ingresos ha propiciado un problema de espacio, lo que significa que la batalla entre el bien y el mal parece haber sido ganada por los rebeldes. Sin embargo la petición de una madre para salvar el alma de su hijo puede cambiar las cosas. El alma en cuestión es la de Many Chávez (Demián Bichir), un boxeador de pasado oscuro y de caracter excesivo. Principalmente guionista, Agustín Díaz-Yanes realiza con "Sin noticias de Dios" una desangelada, ciertamente excesiva y finalmente brillante, comedia fantástica, dejando a un lado el desaforado ambiente del extarradio que dio a conocer su faceta de realizador con la excepcional "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto". Con un desorbitado presupuesto de mil doscientos millones de pesetas, lo que permite la extraordinaria factura técnica, esta gran producción se puede considerar la más polémica de su año, 2001, en la que fue muy reconocida por los miembros de la Academia otorgándole once nominaciones para los premios Goya y siendo preseleccionada como representante española a los premios Oscar, pero suscitando una notable dualidad entre los que la defendían y los que la atacaban. La mayor baza del relativo éxito cosechado por esta atípica obra genial es el enfrentamiento en la ficción entre dos de las mejores actrices del panoráma nacional, Victoria Abril y Penélope Cruz, capitaneando el rol angelical y demoníaco respectivamente, opción que se contrapone a lo que cabría esperar. Aunque al margen de la soberbia interpretación de ambas y de la brillantísima y variopinta gama de actores de diversa nacionalidad, de los que es necesario hacer especial mención a los hermanos Demián y Bruno Bichir, Gael García Bernal y a Fanny Ardant, "Sin noticias de Dios" es una película ciertamente necesaria en el cine español por tratar un tema inteligente, manjar de cualquier debate e involucrar un nuevo concepto transgresor, lo "religiosamente" incorrecto, con otra clase de críticas como aquella a la política laborla de las empresas, a la burocracia, etc. Pero tan superlativa idea principal de enorme originalidad se desarrolla sin miramiento alguno a la confusión narrativa que puede ocasionar manejar tantos elementos, todo ello proporcionado, quizás, por la desmesurada ambición creativa de Díaz-Yanes. Aunque ante todo, y al contrario de ser una obra fallida como así la denostan sus detractores, "Sin noticias de Dios" es un producto de enorme atractivo y aconsejable, una gran cinta. Muy buena.
Philipauskas
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