El candidato a senador del estado de Memphis es asesinado durante un acto de campaña. La principal sospechosa del crimen es su jefa de campaña, Dana [Marlee Matlin], una mujer sordomuda, que necesita hacerse con la mejor abogada del estado, Ronnie Williams. Pero Dana no está contando toda la verdad a su abogada porque la noche de la muerte del senador se había visto con su hijo, de quien estaba enamorada. Ello le sirve como coartada y las sospechas recaen en su hijo, dado que su padre siempre se había opuesto a esta relación. El veredicto es a favor de Dana pero la abogada tiene serias sospechas de que la sordomuda le ha dado gato por liebre y, efectivamente, llega a la conclusión de que las cosas no han sido así. Hasta aquí puedo contar.

Un thriller con pocas esperanzas de que a lo largo de la película mejore pero despista mucho al espectador porque parte de la base de que una sordomuda no es capaz de cometer un crimen. Lo que es un error. Actuaciones son correctas y la historia parece creíble. Lo malo es que toda ella se pasa en el juzgado y el final no es previsible. Ni falta que hace porque el discurso es bastante plano.