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Voto de artacho:
9
8,2
30.887
Drama
Eddie Felson (Newman) es un joven arrogante y amoral que frecuenta con éxito las salas de billar. Decidido a ser proclamado el mejor, busca al Gordo de Minnesota (Gleason), un legendario campeón de billar. Cuando, por fin, consigue enfrentarse con él, su falta de seguridad le hace fracasar. El amor de una solitaria mujer (Laurie) podría ayudarlo a abandonar esa clase de vida, pero Eddie no descansará hasta vencer al campeón sin ... [+]
24 de abril de 2008
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra de arte dirigida por Robert Rossen que nos cuenta la historia del relámpago Eddie Felson, un joven buscavidas que, taco en mano, recorre los bares y salas de billar en busca de primos dispuestos a regalarle dólares. Su inigualable talento le lleva a ir en busca del gordo de Minessota, sólo venciéndole podrá ser reconocido como el mejor.
Hasta ahí la sinopsis, pero decir eso de "El buscavidas" es no decir nada. Este film, sobrio en su fachada y técnicamente maravilloso, con una fotografía y escenografía que bien se merecieron el oscar, una banda sonora que convierte en poesía el sonido de las bolas de billar y con una interpretación magistral, llena de muecas y miradas que lo dicen todo sin pronunciar una palabra, esas miradas que tanto anhelamos en el cine contemporáneo.
Sin embargo, esto no es más que un envoltorio dorado para aquello que la hace realmente grande, su esencia. Es la historia de un perdedor, es una historia de amor unida por "un contrato de mutua tristeza", es la historia de un hombre que aprende a ganar. Es una lucha entre el talento y la crueldad del sueño americano, es una disputa entre el orgullo y la astucia, una batalla entre amor y los sueños, una guerra entre la ilusión de alcanzar la cima y la resignación de aquel que conoce el alto precio de la victoria. Un pulso entre la avaricia y la nobleza, nobleza paradójicamente ilustrada en la pillería. Es un canto a la melancolía, al whisky como escudo, al romanticismo como bandera. Un collage de sentimientos pegados con lágrimas sobre la más dura de las cartulinas, la vida.
Hasta ahí la sinopsis, pero decir eso de "El buscavidas" es no decir nada. Este film, sobrio en su fachada y técnicamente maravilloso, con una fotografía y escenografía que bien se merecieron el oscar, una banda sonora que convierte en poesía el sonido de las bolas de billar y con una interpretación magistral, llena de muecas y miradas que lo dicen todo sin pronunciar una palabra, esas miradas que tanto anhelamos en el cine contemporáneo.
Sin embargo, esto no es más que un envoltorio dorado para aquello que la hace realmente grande, su esencia. Es la historia de un perdedor, es una historia de amor unida por "un contrato de mutua tristeza", es la historia de un hombre que aprende a ganar. Es una lucha entre el talento y la crueldad del sueño americano, es una disputa entre el orgullo y la astucia, una batalla entre amor y los sueños, una guerra entre la ilusión de alcanzar la cima y la resignación de aquel que conoce el alto precio de la victoria. Un pulso entre la avaricia y la nobleza, nobleza paradójicamente ilustrada en la pillería. Es un canto a la melancolía, al whisky como escudo, al romanticismo como bandera. Un collage de sentimientos pegados con lágrimas sobre la más dura de las cartulinas, la vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
"Has nacido para peder. Tenías el mejor pretexto del mundo para perder, no importa perder con una buena excusa. Pero ganar resulta a veces como una carga, pesa mucho. Es un fardo del que puedes deshacerte con una excusa, lo único que tienes que hacer el compadecerte de uno mismo. Es un deporte que gusta a todos, especialmente a los fracasados"