En realidad la película hace honor a su nombre, y es lamentable por que la premisa a simple vista era prometedora, una mujer de nombre Laurent (Christina Ricci) con trastornos de personalidad junto a su esposo Russel (Brenda Fletcher) deciden alejarse de la bulliciosa y atormentada ciudad, para alojarse en un condominio de lujo llamado The Pinnacle de esos donde la paz, la tranquilidad y la armonía viven tomadas de la mano con sus residentes, en este nuevo hogar el señor Russel tiene la esperanza de que su esposa comience una nueva vida, alejada de las pesadillas que la atormentan, todo parece ir muy bien en este nuevo hogar, hasta que Laurent comienza a sospechar que el propietario del edificio esta utilizando a sus residentes (sin que ellos lo sepan) para un estudio de telepatía sintética, conocido popularmente como lavados de cerebros.
Si hay un film poco convincente es este, y en gracias a su director que fue incapaz de entregarnos algo decente por lo menos, tenía todo para entregarnos un buen thriller psicológico y no lo hizo o no lo quiso hacer..
El director Rob W. King no fue capaz de generar una atmósfera de interés en la película, pero en cambio si logra crear una confusa, desinteresada y hasta aburrida, para ser una película de acción y suspenso, las escena son de poca ayuda, lo mejor de lejos, lo más salvable del film es la actuación de Christina Ricci, si hablamos del personaje de John Cusack (Vernon) su actuación parece forzada no transmite absolutamente nada, trabajo en este film por unos simples dólares, así de simple, ya no hay mas nada que decir, si desea por lo menos pasar un buen rato viendo un buen thriller psicológico, no deje de ver Get Out o The Manchurian Candidate.