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Voto de Giskdan:
5
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Acción
Gira en torno a la aparición de Stonebanks, el otro fundador del grupo conocido como Los Mercenarios, en la vida de Barney. Sus caminos se separaron cuando este se convirtió en traficante de armas, por lo que Barney se vio obligado a intentar matarle. Los Mercenarios se enfrentarán a este villano mientras se debaten entre las viejas y las nuevas tácticas de combate. (FILMAFFINITY)
20 de agosto de 2014
41 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si se habrá hecho con esa intención o me lo estoy imaginando, pero pinta haber en "The Expendables 3" uno de esos momentos de guiño en donde los actores parecen hablar cuestiones propias a través de la boca de sus personajes. Es en ese breve diálogo cuando Harrison Ford (Drummer) y Sylvester Stallone (Barney Ross) se estrechan la mano, despidiéndose:
SLY: "Trabajar con usted no está mal"
HARRISON: "Hace años que no me divertía tanto"
SLY: "Divertirse es bueno"
A lo mejor de esto es en el fondo de lo que termina tratándose esta saga que resucitó a los viejos dinosaurios del músculo y el sudor: de hacer algo por el placer de hacerlo, de divertirse y pasárselo bien con colegas frente a la pantalla, algo así como era el Rat Pack de los años 50 (salvando las distancias, claro =) ).
Y para su maestro de ceremonias y organizador, fue toda una rebelión. En una época donde los héroes de acción eran imágenes metrosexuales, como Johnny Depp con aros y maquillaje de sombra de ojos, o un nuevo James Bond llorón y sensible que salía del mar contoneándose en malla imitando a Ursula Andress, Stallone pateó el tablero y se colocó en la posición de abanderado del regreso de "los rudos". Fue incialmente con "Rocky Balboa" (2006), dónde este nuevo Sly empezó a incluir algunos paralelismos sutiles como si fuera un director de "qualité".
No, no me peguen, en serio lo digo. El regreso del viejo boxeador para enfrentarse contra un boxeador pendejo, podría verse como el regreso del viejo héroe de acción para ver si puede medirse con los nuevos exponentes. Cuando al final de la pelea, el envejecido Rocky saludaba sonriente a su público, era en realidad el viejo Stallone saludando a su fans, diciéndoles: "Gracias por no olvidarme" -cosa que se ratifica con aquellos créditos fuera-de-la-historia de fanáticos subiendo la famosa escalinata. Y aunque estas se tradujeron como "Los Mercenarios" en España y "Los Indestructibles" en Latinoamérica, la traducción correcta sería algo así como "Los Descartables" o "Los Prescindibles": todo un meta-sentido de este nuevo Sly. ¿Quienes son los descartables a los que hace referencia el título? ¿Estos mercenarios, o los actores que los personifican, a los que Hollywood exprimió y luego desechó cuando se volvieron "señores grandes"?
Cuando se anunció la primera entrega de este loco proyecto de Sylvester, los críticos se burlaban y todos vaticinábamos lo peor. Pero el éxito de taquilla demostró que Stallone no se equivocaba en su corazonada: el público anhelaba la acción de los 80, extrañaba a los rudos.
Acá volvió a retomar el tema "jóvenes versus viejos", ya dentro del argumento. Y aún así, debemos decirle: "Gracias Sly, pero no alcanza". Porque este tercer episodio adolece del mismo problema que los dos anteriores: la falta de un mejor guión. Sly necesita un guionista que a los balazos le agregue humor efectivo y argumento chispeante, como aquellos "clásicos" truchos y simpáticos de antes... Tango & Cash, El Demoledor, Cobra... Solamente apilar viejas glorias, como Barney Ross apila la plaquitas metálicas de los soldados muertos, no es suficiente.
No hay spoilers, solamente comentario sobre las nuevas incorporaciones, y un chiste de yapa para asegurarme el voto positivo:
SLY: "Trabajar con usted no está mal"
HARRISON: "Hace años que no me divertía tanto"
SLY: "Divertirse es bueno"
A lo mejor de esto es en el fondo de lo que termina tratándose esta saga que resucitó a los viejos dinosaurios del músculo y el sudor: de hacer algo por el placer de hacerlo, de divertirse y pasárselo bien con colegas frente a la pantalla, algo así como era el Rat Pack de los años 50 (salvando las distancias, claro =) ).
Y para su maestro de ceremonias y organizador, fue toda una rebelión. En una época donde los héroes de acción eran imágenes metrosexuales, como Johnny Depp con aros y maquillaje de sombra de ojos, o un nuevo James Bond llorón y sensible que salía del mar contoneándose en malla imitando a Ursula Andress, Stallone pateó el tablero y se colocó en la posición de abanderado del regreso de "los rudos". Fue incialmente con "Rocky Balboa" (2006), dónde este nuevo Sly empezó a incluir algunos paralelismos sutiles como si fuera un director de "qualité".
No, no me peguen, en serio lo digo. El regreso del viejo boxeador para enfrentarse contra un boxeador pendejo, podría verse como el regreso del viejo héroe de acción para ver si puede medirse con los nuevos exponentes. Cuando al final de la pelea, el envejecido Rocky saludaba sonriente a su público, era en realidad el viejo Stallone saludando a su fans, diciéndoles: "Gracias por no olvidarme" -cosa que se ratifica con aquellos créditos fuera-de-la-historia de fanáticos subiendo la famosa escalinata. Y aunque estas se tradujeron como "Los Mercenarios" en España y "Los Indestructibles" en Latinoamérica, la traducción correcta sería algo así como "Los Descartables" o "Los Prescindibles": todo un meta-sentido de este nuevo Sly. ¿Quienes son los descartables a los que hace referencia el título? ¿Estos mercenarios, o los actores que los personifican, a los que Hollywood exprimió y luego desechó cuando se volvieron "señores grandes"?
Cuando se anunció la primera entrega de este loco proyecto de Sylvester, los críticos se burlaban y todos vaticinábamos lo peor. Pero el éxito de taquilla demostró que Stallone no se equivocaba en su corazonada: el público anhelaba la acción de los 80, extrañaba a los rudos.
Acá volvió a retomar el tema "jóvenes versus viejos", ya dentro del argumento. Y aún así, debemos decirle: "Gracias Sly, pero no alcanza". Porque este tercer episodio adolece del mismo problema que los dos anteriores: la falta de un mejor guión. Sly necesita un guionista que a los balazos le agregue humor efectivo y argumento chispeante, como aquellos "clásicos" truchos y simpáticos de antes... Tango & Cash, El Demoledor, Cobra... Solamente apilar viejas glorias, como Barney Ross apila la plaquitas metálicas de los soldados muertos, no es suficiente.
No hay spoilers, solamente comentario sobre las nuevas incorporaciones, y un chiste de yapa para asegurarme el voto positivo:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
LAS NUEVAS INCORPORACIONES: Wesley Snipes es el mejor y se adueña al toque de la peli: debieron haberlo convocado desde la primera.
Gibson hace el mejor villano que tuvo la saga hasta ahora.
Banderas se cansó de hacer de El Gato con Botas, y aquí hace una versión del Burro cargoso. Su pesonaje cómico funciona bien por momentos, y en otros molesta.
Y finalmente, entre tanto olor a bolas transpiradas, Sylvester le puso el ojo (the eye of the tiger) a un caramelo rubio llamado Ronda Rousey, ex-judoca olímpica y actual campeona de artes marciales mixtas, que además de patear culos, está muy buena. Eso es lo que tienen las luchadoras de USA: mantienen su femineidad, y no como las que tenemos en el tercer mundo onda Tigresa Acuña, que parece y habla como un camionero.
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Resulta que termina la filmación de "The Expendables 2", y Stallone invita a todo el elenco a un viaje de placer con su yate para festejar. Asisten todos menos Arnold, que está celoso y quiere ser tobillo, porque Sylvester es talón.
Al llegar a puerto, Bruce Willis, que era el timonel, le dice:
"Che, Sly, ya llegamos, ¡¡¡ vamonos de putas!!! "
"Momento, Bruce, ¿anclaste el barco?"
"No hace falta, ya ancló Van Damme"
BUENÍSIMO.
http://www.videovengador.com/
http://videovengador.blogspot.com/
Gibson hace el mejor villano que tuvo la saga hasta ahora.
Banderas se cansó de hacer de El Gato con Botas, y aquí hace una versión del Burro cargoso. Su pesonaje cómico funciona bien por momentos, y en otros molesta.
Y finalmente, entre tanto olor a bolas transpiradas, Sylvester le puso el ojo (the eye of the tiger) a un caramelo rubio llamado Ronda Rousey, ex-judoca olímpica y actual campeona de artes marciales mixtas, que además de patear culos, está muy buena. Eso es lo que tienen las luchadoras de USA: mantienen su femineidad, y no como las que tenemos en el tercer mundo onda Tigresa Acuña, que parece y habla como un camionero.
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Resulta que termina la filmación de "The Expendables 2", y Stallone invita a todo el elenco a un viaje de placer con su yate para festejar. Asisten todos menos Arnold, que está celoso y quiere ser tobillo, porque Sylvester es talón.
Al llegar a puerto, Bruce Willis, que era el timonel, le dice:
"Che, Sly, ya llegamos, ¡¡¡ vamonos de putas!!! "
"Momento, Bruce, ¿anclaste el barco?"
"No hace falta, ya ancló Van Damme"
BUENÍSIMO.
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