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España España · Asturias
Voto de tiquan:
7
Intriga. Comedia Segundo episodio de la tercera temporada de Sherlock. Holmes se enfrenta a su mayor desafío... ¡su discurso como padrino en la boda de Watson! Un peligro mortal acecha en la ceremonia, y uno de los invitados puede que no llegue vivo al primer baile. A través de damas de honor y viejos casos, Sherlock debe resolver el caso a contrarreloj y detener al asesino. (FILMAFFINITY)
8 de enero de 2014
41 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha sido sin duda el capítulo de Sherlock que menos me ha gustado, aunque, eso si, me he reído bastante. Quizás en un momento distinto, este capítulo me hubiera gustado más, pero después del increíble "El coche funerario vacío", creo que todos esperábamos un caso de verdad, de esos que te ocupe el capítulo entero y no sólo deje retazos sueltos entre gracia y gracias.

También me ha resultado algo repititivo y previsible en algunos momentos ¿Alguién pensaba algo distinto con los sms de Sherlock a Lestrade en el primer capítulo? ¿De verdad va a seguir sin recordar su nombre? Muy visto...

No sólo previsible en algún punto gracioso, sino que Sherlock está un poco lento e incluso puedes adelantarte en algunos momentos a lo que va a pasar en el caso.

Pero no todo son aspectos negativos y lo bueno de este capítulo, es la imágen que nos deja de Sherlock Holmes y su "vida privada". Al igual que ya hiciera Billy Wilder, está capítulo nos muestra a un Sherlock más humano y cercano. En esta serie, a veces daba la imprensión que la amistad Watson-Sherlock no era del todo recíproca. Este capitulo deja al descubierto que si lo es, y que aunque Sherlock no suela muestrar sus emociones, si las tiene. Un Sherlock que incluso llega a relacionarse con la Dama de Honor y que también recuerda un poco a la película de Wilde. Hasta nos hace un "cameo" Irene Adler.

Pero lo más remarcable del capítulo es, sin duda, un Benedict Cumberbatch completamente desbocado. Crece película a película y capítulo a capítulo. Cambia de registro a su antojo y cada vez menos forzado, roza la sobreactuacion pero siempre completamente natural. Él es el Sherlock Holmes del siglo XXI como Jeremy Brett fue el del siglo XX. Sólo basta ver su filmografía desde que empezó a emitirse Sherlock, todo éxitos, ningún fracaso. Moffat y Gatiss escriben un producto de calidad, pero Freeman y Cumberbatch ayudan a elevarlo exponecialmente.
tiquan
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