La aparición de Netflix y HBO han evidenciado la gran diferencia entre cine y televisión y como, a pesar de esa diferencia, se complementan. Siempre ha habido películas hechas para televisión y muchas han alcanzado una gran calidad...no olvidemos que CABARET fue hecha por y para ABC.
La película que ahora me ocupa, UNA CUESTIÓN DE GÉNERO es una de esas producciones hechas para cine pero que tienen tufillo de película de sobremesa de fin de semana con pretensiones. Mimi Leder no puede ocultar su profesionalidad en el medio televisivo y que su carrera ha transcurrido principalmente en televisión lo que no es un demérito. La alta calidad del reparto y de la producción no pueden con esa pátina de telefilme que arrastra.
Los dos principales protagonistas están realmente bien y los secundarios, en especial Bates y Waterston bordan sus composiciones pero todo parece ya visto y de poca enjundia.
Con todo es una película buena con una realización correcta.