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España España · Barcelona
Voto de Beto:
6
Drama Producción franco-italiana rodada en francés y dirigida por el italiano Amelio, basada en la última novela de Albert Camus, “El primer hombre”, obra inconclusa publicada en 1994. El protagonista es Jacques Cormery (alter ego de Camus), que regresa a Argelia para rememorar su infancia. (FILMAFFINITY)
8 de marzo de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amelio vuelve a mostrarse como un estupendo expositor de ideas (no me gusta "mensajes" ni "comprometido" porque huelen a algo trasnochado y, además, porque en sus usos se cometen serios errores en el plano "estético") con las que el espectador debe necesariamente trabajar; conozca o no el asunto de la película (en este caso, la obra biográfica y póstuma del Nobel Albert Camus). Esto sin descontar su estilo fílmico, funcional y nada llamativo. El alter ego del escritor, un "pied noir" por supuesto, regresa a Argelia en el momento álgido de la revolución árabe contra su colono francés que conduciría a la independencia. Es un hombre que como Camus une los recuerdo de una niñez pobre que, gracias a dos maestros, tuvo el apoyo necesario para estudiar y salir de ese entorno paupérrimo y su amor hacia su país nativo y un sentimiento ambivalente ante sus compatriotas, de una cultura bastardeada que anhelan la libertad. Un hombre que siente la atracción de su ser argelino y por LA "metrópolis", su "Itaca" particular, la ancestral Francia (a la que recién llegó a los 26 años, dando inicio a su fulgurante carrera intelectual: todo fue muy pronto y rápido en este pensador que murió en accidente a los 45 años). Toda el film de Amelio trabaja desde la perspectiva de esa contradicción existencial, cultura nativa y cultura europea, el sentirse argelino (rechazado como "francés" por sus amigos) y occidental (considerado "de segunda" por los fraceses), su amor por el país natal y por lo que por esos años era el ombligo de la inteligencia occidental, París; el estar a favor de la guerra de la liberación y el descreimiento nihilista de todo actuar en un mundo absurdo (¡y murió de la manera que lo hizo y a esa edad!). Todo se expresa ante los ojos del espectador con una claridad supina, sin ninguna explicación apriorística, sin nada de panfleto (como tampoco lo fue la obra de Camus); es precisamente el espectador el que debe deducir en ese "instante de vida" (flashbacks de la niñez incluidos) lo que será (y es) de ese adulto que visita el caótico mundo de su infancia. Una obra muy interesante para el que guste de un cine inteligente y que intente descifrar la incógnita de la ambigüedad de la existencia humana e intelectual del autor de "El extranjero" y "El mito de Sísifo". No es una película redonda, tiene algún fallo (tampoco hay que olvidar que el libreto original es el libro inacabado, encontrado entre los restos de un coche destrozado), pero el gran mérito es la actitud objetiva, testimonial del director ante la historia.
Beto
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