El final de la segunda temporada es uno de los metrajes con los que más he llorado en el primer visionado, la vi de niño hace ya una buena cantidad de años. Esta miniserie fue una gran decepción, pues aunque su propuesta es interesante supone un gran bajón respecto a una serie que estaba logrando desarrollar a sus personajes y crear conexiones bastante íntimas, bastante humanas y siendo una producción en que te sientes personalmente implicada mientras la ves. De hecho, las dos primeras temporadas fueron la primera serie decidí maratonear y al maratonear te das cuenta de que es magnífica, los ritmos están perfectamente medidos y todo el conjunto está muy bien construido.
En esta, los personajes no se desarrollan más ni mejor, la propuesta interesa pero los ritmos están menos logrados, es una obra sin tanto enganche como las dos temporadas de serie que hemos vivido, esta miniserie es una continuación de Torchwood que se ve pero no se vive, un retroceso en algo grandioso pero aún así resulta una propuesta interesante que no podemos desechar.