Tras un arranque a modo de documental, en el que sobre imágenes de la frontera de México con California, una voz en off con ese delicioso acento impostado habitual de la época, nos cuenta como estaba el patio en el tema de la inmigración en cuanto a la necesidad de mano de obra mejicana para trabajar los campos californianos, y las penurias que esos braceros (obligatoria verla en VO para disfrutar con las numerosas frases en castellano) padecen, primero, cuando al tratar de pasar como ilegales son atacados y en muchos casos asesinados, y luego los que logran llegar enteros a los States, son explotados por algunos terratenientes aprovechándose de su condición de ilegales (poco han cambiado la cosa en 60 años), retomo, tras ese muy interesante arranque, sazonado de unas escenas realmente fuertes y truculentas (cruel asalto de facinerosos a un grupo de mejicanos indefensos), entramos en una trama de buen thriller fronterizo con aroma de cine negro y western.

La magnifica fotografía de John Alton, la banda sonora a cargo de André Previn, el buen guión de George Zuckerman (el mismo año – 1949 – que también firmo el de la magnifica "Trapped"), y el absorbente y tenso modo de contarnos la historia por parte del gran Anthony Mann, utilizando una impactante para la época, violencia gráfica, poseedora de algunas escenas que una vez vistas se te quedan grabadas en la memoria cinematográfica para los restos (junto con una menos sangrienta que podemos ver en "Prime Cut 1972", las 2 mejores que recuerdo con una trilladora de por medio), y un angustiante suspense en determinadas escenas (tres cuartos de lo mismo de lo mencionado en la trilladora con las escenas con arenas movedizas), que junto a unas buenas interpretaciones de todo el elenco actoral (todos, no es una frase hecha), dan como resultado uno de los más recios y angustiantes thrillers fronterizos que en el cine han sido, además de sumamente entretenido.