Sienna (Allison Lange), una estudiante de medicina a la que hemos visto irrumpir en una carretera huyendo herida de un bosque, se encuentra en el hospital respondiendo a las pesquisas de un policía que trata de averiguar que sucedió en ese viaje por carretera junto a otros 5 estudiantes (3 maromos y otras 2 muchachas), el policía pregunta, la muchacha responde con los flashback que van a ser lo que nos cuenten la historia, y esto junto con un melenas con pinta de malo de los 80 y aspecto de psicópata que ha asomado la gaita brevemente, da paso a la historia.

Dirigida por una mujer (Tammi Sutton) con look de bad girl, a la que no conocía pero que al parecer tiene detrás suya varias películas de terror (directora, actriz, productora, guionista, diseñadora de vestuario, vamos, todo un hallazgo la moza), el truculento y frankensteinano desbarre teñido de resultonas gotas de humor negro (tanto en presentación de personajes en bromas macabras, como en diálogos y situaciones con gore de por medio) que a la postre resulta la función, y la novedad de que esa banda de majaras recolectores de órganos ejerza su actividad en zona USA y no en alguno de esos exóticos países (para los norteamericanos, claro está) vistos últimamente en varias producciones de similar cariz, estamos ante un pasable slasher al que todo lo apuntado anteriormente, un vacilón giro final de la trama, y el hecho de descubrir (al menos, el que esto escribe) a una de las escasas féminas interesantes de seguir (que dura es la vida del escarbador de serie B, me veo buscando y enchufándome más trabajos de esta mujer) eleva a interesante.