Arranca un 20 de diciembre en la ciudad de Los Ángeles, haciendo una breve pero acertada presentación de los personajes implicados en esta desasosegante historia navideña, a saber: Jack Doheny, un ex convicto enfermo de cáncer en busca de redención y con el corazón destrozado por la ausencia de la mujer que amaba y de la que perdió la pista cuando ingreso en prisión (Ray Liotta), Rose Johnny, una degarradora y sensual stripper (atención al numerito “hot wax”) con un hijo en estado vegetativo (Jessica Biel), Charlie, un hombre amargado por la muerte de su esposa, con tendencias suicidas (Forest Whitaker) y Qwerty Doolittle, propietario de una empresa de pompas fúnebres acuciado por las deudas (Eddie Redmayne).
A partir de aquí vamos siguiendo las vicisitudes y las diferentes formas en que les afecta la omnipresente soledad que padecen y las relaciones y hechos que en algunos casos les hacen cruzar sus vidas, contado de forma pausada y realista, con algún toque de humor negro que viene de maravilla entre tanta tristeza y cuya mayor virtud es el inmenso trabajo actoral por parte de prácticamente todo el casting, en el que aparte de los arriba mencionados cuenta con una breve pero intensa aparición de Lisa Kudrow como una camarera baqueteada por la vida, pero con el corazón abierto, un pintoresco Patrick Swayze como el prácticamente irreconocible dueño del club de strippers, un desconocido (para mí) Alejandro Romero en el papel de atormentado travesti que realmente sorprende por su intensidad y una brevísima aparición de Kris Kristofferson como antiguo compañero de fechorías de Ray Liotta.
Aunque no llegue a ser una gran película, el algo que tiene en la manera de desarrollarse la historia y la implicación por parte del brillante reparto, te atrapa y te dejan un buen sabor de boca al acabar la proyección.
Recomendable.