Arranca la película mostrándonos el interior de una cafetería, deteniéndose brevemente en algunos de los personajes presentes en ella: una pareja de felices adolescentes (Dakota Fanning), sentados en una mesa con su padre, un negro (Forest Whitaker), que está pidiendo un té a la camarera (Kate Beckinsale,) mientras lee un folleto sobre el cáncer y un hombre (Guy Pearce ) que al salir se tropieza con un otro que entra y que pasados unos segundos empieza a disparar contra todo el que se va encontrando (la cámara solo nos muestra la primera muerte en segundo plano).
A partir de aquí, vamos conociendo la manera de ser, tanto de los supervivientes de la matanza, como de sus familiares y allegados más íntimos, y el rumbo que ante un acontecimiento tan brutal toman sus vidas, todo ello de forma pausada y saltando brevemente de una historia a otra, a la vez que vemos a modo de cortos flashback, (cada uno con el punto de vista del implicado en los sucesos según los va recordando), todo lo que sucedió durante el trágico suceso.
Salvando a Forest Whitaker cuyo personaje da un poco de juego (nunca mejor dicho), el resto se limita a desarrollar tibiamente su rol, por lo que ni la historia ni las interpretaciones consiguen hacerte vibrar, ni sentir empatía por ellos, llegando a resultar aburrida, cargante y pretenciosa (salvo algún pequeño detalle, que nunca llega a cuajar).
Prescindible.