Solo con el arranque en el que vemos a Vinny Durand (Joe Spinell) sentado en el patio de butacas de un cine en cuya pantalla se está proyectando una película de terror en la que vemos como una rubia siliconada (una chapuza de los primeros tiempos de este tipo de cirugía) tras meterse en un jacuzzi es electrocutada por un tipo que le mete un cable pelado a traición en el mismo, las convulsiones de la rubia mientras palma y la cara de Vinny masturbándose (impagable la expresión del cara picada Spinell) ya podemos intuir que estamos ante algo más que interesante para el aficionado al cine de terror de amplias miras.
Todo comienza cuando Vinny en uno de sus descansos como taxista en Nueva York, ve en el periódico una foto de Jana Bates (Caroline Munro) acompañada del director Alan Cunningham (Judd Hamilton, también corresponsable del guion y marido de la Munro en esa época), lee en el texto que la acompaña que como resultado de la nominación como mejor actriz en el festival de Cannes (compitiendo con Faye Dunaway, Jane Fonda, Meryl Streep y Julie Christie) van a hallarse presentes en dicho festival y entra en una corta ensoñación en la que se imagina a si mismo dirigiendo a la actriz en una filmación, tras lo cual entra el en el apartamento (fotos de Jana por doquier) en el que vive con su anciana madre (también lo es en la vida real), la dice que se va a Cannes a rodar una película con Jana y a pesar de las palabras de la madre tratando se disuadirle (es consciente de que tiene un hijo pelín chiflado) se despide de ella y cargado con su cámara pone rumbo a Cannes.
Una vez en Cannes y ante la imposibilidad de acercarse a Jana, ni corto ni perezoso coge la cámara y empieza a rodar una película de terror con el material que obtiene matando al entorno de la actriz y filmando a hurtadillas la reacción de esta ante las truculentas muertes con las que se va encontrando (algo así como “Bowfinger, el pícaro 1999” pero a lo bestia y sin ayudantes), a partir de aquí tenemos una interesante, divertida y hasta si me apuran cuasi cinéfila (las escenas a hurtadillas y sin permiso alguno rodadas en la ciudad, carteles, ambiente y demás son sumamente atractivas para cualquier amante del cine que se precie, siendo por si solas motivo suficiente para ver la película aunque no te gusten este tipo de películas) joyita de terror “pour connoisseurs” , trufada de una malsana, divertida y hasta casi escandalosa atmosfera (niños en escenas que en los 80 pasaban desapercibidas pero que en la sociedad de hoy en día tendrían hasta cárcel), desnudos a tutiplén, gore del que hasta Tom Savini se declara admirador y en medio de todo un Joe Spinell que se le nota está en su salsa, regalándonos uno de esos personajes marca de la casa a la altura de sus mejores interpretaciones (en Alemania fue estrenada como “Maniac II”) y una guapísima Caroline Munro en la cima de su esplendor.
Sigue en spoiler por falta de espacio: