Historia que trata sobre las vivencias de un pelotón de soldados negros, (contada por un anciano superviviente, encarcelado por un asesinato mostrado de forma seca y del cual no conocemos los motivos que le llevaron a ello y poseedor de una valiosa cabeza de estatua de 500 años de antigüedad en su apartamento), atrapados detrás de las líneas enemigas en un pequeño pueblo de Italia, (Sant´Anna di Stazemma), durante la segunda guerra mundial, que llevan consigo a un niño al que han salvado de la muerte tras caer una bomba en el pajar donde se refugiaba y la relación que establecen entre sí, con el niño y con los lugareños mientras esperan que lleguen los refuerzos, antes de que los alemanes acaben con ellos.
Arranca de manera impactante y prometedora en una oficina de correos sita en el Manhattan contemporáneo, para a continuación saltar atrás en el tiempo hasta la campiña italiana, donde vemos a un escuadrón de negros avanzando bajo el fuego alemán, donde vamos conociendo a los personajes, sobre los que recaerá el peso de la trama y termina al mejor y más reconocible estilo Spike Lee, pelín comercial, (Touchstone obliga, imagino).
Estamos hablando de casi tres horas de película, en la que tras situarse en el meollo de la cuestión, entra en una fase tediosa y en algunos momentos pelín confusa, que nos hace temer estar ante un aburrido ejercicio de estilo del autor, que parece perderse en discursos raciales, saltando durante la última hora a un vigoroso, entretenidísimo y violento film, con escenas de escaramuzas con los jodidos nazis en las estrechas calles del pueblo en cuestión, rodadas de forma espectacular y que nos muestra de forma desgarradora el horror de la guerra en toda su intensidad.
En resumen, al terminar la película te deja un buen sabor de boca, si bien es cierto que con una hora menos de metraje, hubiera quedado bastante más redonda y entretenida, pero el que manda es el autor e imagino que para todo lo que quería contarnos, ha creído necesario las casi tres horas.