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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
4
Romance. Comedia En la boda de su hermano menor, Connor Mead (Matthew McConaughey), un fotógrafo famoso, amante de la libertad y la independencia, se ve acosado por el fantasma de una antigua novia. (FILMAFFINITY)
8 de noviembre de 2011
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Dirigido por Mark Waters (un habitual de la comedia romántica con ciertos tintes fantásticos), cualquier espectador reconocerá en su estructura las líneas básicas de la inmortal obra de Dickens.

Efectivamente, las visiones de Connor Mead (Matthew McConaughey), un mujeriego empedernido, que utiliza su buena planta para aprovecharse del sexo femenino como si fuera un vulgar kleenex, debido a las enseñanzas de su difunto tio (encarnado por Michael Douglas), y que tienen lugar justo cuando se está preparando la boda de su hermano (con una visión totalmente opuesta), bien podrían haber tenido lugar durante cualquier otra celebración navideña. Pero eso nos hubiera impedido de mostrarnos a McConaughey en plena “acción” con las damas de honor del film.

Teniendo en cuenta la cantidad de veces que hemos visto adaptado el cuento de navidad citado, sumado a la previsibilida de este tipo de producciones, no nos sorprenderá en absoluto la resolución final del mismo, que seguramente seremos capaces de adivinar mucho antes que haya aparecido el primer fantasma.

Se trata de un film realizado totalmente al servicio de su estrella, McConaughey, el cual aparece prácticamente en todos los planos del mismo, sin que nadie le haga sombra, excepto la breve presencia de Michael Douglas, en el papel de un mujeriego que trata de evitar que su sobrino cometa exactamente los mismos errores que él. No deja de ser paradójica la elección de Douglas para un papel que parece un reflejo de su propia vida pasada (cuyos excesos sexuales motivaron incluso su ingreso en una clínica especializada para este tipo de excesos), aunque ya reconducido por a la senda “correcta” de la mano de su mujer (Catherine Zeta-Jones).

En este sentido, queda claro el mensaje conservador que transmite, no sólo este film, sino también producciones similares. Cualquiera que intente llevar una vida de frenesí sexual, parece condenado al “fuego eterno”, a diferencia del que lleve una vida “normal”, entendida esta como la que gira entorno a la familia, es decir, casarse, tener hijos, etc. El mensaje familiar que lleva pegado este film permanece invariable, por mucho que se trate de una institución totalmente en crisis, y los valores que ésta quiere transmitir están totalmente desfasados hace varios años.

No nos ofrece mucho más Waters, excepto unas cuantas y vistosas escenas de la buena forma física que exhibe su estrella, unas cuantas mujeres “florero” (entre las que destaca la presencia totalmente desaprovechada, en sentido dramático se entiende, de Jennifer Garner), para contentar no sólo a la parroquia femenina sino también a la masculina, y alguna que otra secuencia pretendidamente divertida dentro de un tono general desenfadado pero nada ácido. En el género de la comedia romántica, por más que se busquen diferentes vehículos, no parecen cambiar demasiado las cosas y siempre se acaba pasando por los mismos lugares.
manulynk
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