Ambientada en la II Guerra Mundial y dirigida por Brian G. Hutton, el film nos cuenta la historia de un comando que tiene la misión de rescatar a un general aliado capturado por los alemanes y confinado en un castillo en pleno corazón de Alemania. El comando en cuestión está dirigido por los personajes interpretados por Richard Burton y Clint Eastwood, únicos protagonistas del film.

Aunque el principal aliciente del film es la acción, concebido más como un film de espionaje en ocasiones que no como una película puramente bélica. Sin embargo, el director equilibra bastante bien todas las partes del film, primero deteniéndose en el entrenamiento, aunque brevemente para posteriormente centrarse en la misión en sí, narrado todo con buen pulso y ritmo alto, las peripecias del comando y las primeras dudas acerca de los miembros del mismo, para insertar un anticlímax en el momento en que ambos protagonistas llegan al castillo, frenando la acción con varios giros de guión en los que consigue confundir al espectador, y posteriormente desplegar toda la acción en el último tramo del film.

Con todo ello, el realizador consigue un film trepidante y contundente muy entretenido y que no pierde el tiempo con moralinas ni heroísmos de estar por casa. Además la excelente compenetración entre Burton e Eastwood beneficia al film, respetando cada uno su propio espacio de estrella (el protagonista es claramente Burton), y de escudero (papel que Eastwood asume sin problemas). Todavía hoy se echan de menos films de este tipo que mantienen la línea (salvando las distancias temáticas y estilíticas entre ambas películas, claro) que marcó en su día Aldrich con sus “Doce del patíbulo”.